Amor de platino

Capitulo 1: Yami Tenebris

"Ten cuidado con lo que conoces y aun mas de lo que desconoces..."

Esas fueron las primeras palabras que recuerdo antes de que todo empezara...

Mi nombre es Yami Tenebris, cuando era pequeño solía andar por las calles de manera solitaria, hasta que una persona me salvo y ahora trabajo como sirviente de la familia Aurum, una familia de nobles, obviamente no ha sido fácil estar aquí de la nada, pero hago lo mejor que puedo.

Pensamientos del pasado comienzan a llenar mi mente, la primera vez que llegue a la mansión no tenia mas de 10 años, y aun así comencé a trabajar, ayudaba a cocinar, arreglaba las habitaciones, y me lo solía pasar en el jardín, frente a unas hermosas flores negras que no existían en ninguna otra parte del mundo, cuando las miro no puedo evitar sentir nostalgia, sin saber porque suelo quedarme mirándolas por horas...

"Yami?" Escucho una voz familiar llamándome desde cerca, lo cual es raro, nadie suele hablarme, siempre que lo hacen suelen desaparecer de extraña manera, quizás sea una maldición, mi maldición, aun así me sorprendí al voltearme y ver a la única persona que no ha tenido miedo de hablarme en un largo tiempo, "Señorita Elizabeth?" Respondo yo, un poco nervioso viendo a la señorita Elizabeth Aurum, heredera de la casa Aurum, su hermoso cabello dorado reflejando la cálida luz del sol, unos ojos de color azul como el cielo, su voz aguda pero dulce penetrando mis orejas, la conozco desde que era pequeño, de hecho soy el encargado de ella en la casa, es la única persona con la cual he hablado sin que desaparezca de manera extraña...

"Yami, deseo un té, podrías prepararlo?" Sin pensarlo dos veces respondo "Claro, señorita Elizabeth" Comienzo a dirigirme a la cocina solo para escuchar detrás de mi "Gracias, Yami".

Finalmente en la cocina me encuentro con el cocinero principal, Wilbur, preparando la cena que de hecho huele muy bien, paso desapercibido a un lado de el y comienzo a preparar el té, lo preparo exactamente como le gusta a la señorita Elizabeth, al terminarlo escucho a Wilbur detrás de mi decir algo sobre una fiesta, me confundo un poco al escuchar esto, puesto a que yo no conocía nada de esta supuesta fiesta...

Al llegar a la habitación de Elizabeth, toco la puerta dos veces como suelo hacer, entro y la veo en aquel gran escritorio, sobre el, probablemente miles de hojas apiladas, sus ojos los cuales normalmente están llenos de luz en este momento se veían grises, subió la mirada, me miro y sus ojos volvieron mágicamente a estar llenos de luz, esos ojos azules encantadores...

"Señorita Elizabeth, desea algo mas?" digo luego de poner el té sobre la mesa, ella me mira y con esos ojos brillantes dice "De hecho, me gustaría algo dulce...", Sin dudarlo respondí a esto con "Le pediré a Wilbur que lo prepare inmediatamente, señorita Elizabeth", tan pronto como me volteo la escucho decir "No, me gustaría que lo preparases tu, gracias..." Sorprendido por el hecho de que haya dicho eso, vuelvo a voltear, la observo y sonrió "Claro, de inmediato" con la voz mas profesional que tengo, llego a la cocina, comienzo a cocinar y mientras lo hago pienso...

Hago lo mejor que puedo para la casa Aurum, desde que tengo memoria siempre he estado aquí, que la señorita Elizabeth pidiera que le cocinara algo no era algo demasiado extraño, pero esa petición logro sonrojarme, aunque fuera un poco.

Me miro en un plato y digo "No soy muy lindo que se diga, estatura común, complexión común, lo único en lo que sobresalto es mi cabello y mis ojos, tan oscuros como el cielo nocturno, también unas ojeras, debidas a mi trabajo diario" Debido a que aquí, las personas normalmente suelen tener cabello castaño, y ojos castaños, así que de vez en cuando me miran de manera extraña por mi extravagante color de cabello...

"Eh, pero yo creo que eres bastante lindo, Yami" estas palabras salidas de la nada me dejaron aterrorizado por un segundo, lo primero que pensé fue "Enserio dije eso en voz alta?" Seguido por "Lilith?!".

Si, Lilith, la cabeza de sirvientes de la familia Aurum, suele ser bastante amigable con la señorita Elizabeth, y es mejor que yo en prácticamente todo, lo cual es sorprendente, porque es prácticamente de mi edad, pero aun así logra ser la cabeza de sirvientes.

"Señorita Lilith, lo siento, pensé en voz alta!" dije, claramente nervioso, pero aun así pude escuchar una suave risa salir de ella, pero actúa como si nada y pregunta "Necesitas ayuda con eso?" en un suave y cálido tono, como si no hubiera dicho algo vergonzoso unos segundos antes, "Tranquila señorita Lilith, solo estoy preparando algo para la señorita Elizabeth" a lo que ella pregunta verdaderamente interesada, a lo que respondo: "solo preparo un pequeño parfait" a lo que ella dice "Vale, en ese caso subiré a ver que tal va la señorita Elizabeth".

Luego de unos minutos, termino el parfait y me comienzo a dirigir a la habitación de la señorita Elizabeth, toco la puerta un par de veces y entro, como hago comúnmente y ahí las veo, la señorita Elizabeth y la señorita Lilith, ambas hablando, entro con cuidado y digo "Su parfait señorita Elizabeth" a lo que ella responde "Gracias Yami, mañana tendremos una fiesta, serias tan amable como para preparar las preparaciones?", Así que lo que había escuchado era verdad, habrá una fiesta, y no estaba informado...

"Claro, señorita Elizabeth..." digo con una sonrisa, al salir de la mansión el sol brilla en mi pálida cara, y comienzo a caminar, al llegar al mercado, compro todo lo necesario para la fiesta, varios tipos de carne, incluyendo filete, pollo, y otras  carnes de calidad, una extensa variedad de vegetales y frutas, algunas cosas dulces y cuando estaba satisfecho con todo lo que había comprado, comencé a caminar de vuelta a la mansión y me encontré al dueño de una tienda golpeando a una niña, no, una esclava pequeña.

Puede que no sea nadie, pero no puedo dejar que eso pase, no esta bien poder tratar a las personas como objetos, la rabia fluía dentro de mi, al parecer todo lo que ella había hecho era robar un pan, parecía que moría de hambre, sin pensarlo dos veces golpee al hombre, y así empezó un conflicto, los golpes se intercambiaban y la sangre volaba, pero sabia que no podía dejar esto así... 

luego de minutos que parecieron horas, el conflicto había terminado con aquel hombre en el suelo, aunque, no fue fácil, yo estaba lastimado, aun sin darme importancia a mi mismo, tome un pan de mi bolsa, se lo di a la pequeña, y le dije que corriera, luego de eso, comencé a correr yo, volví a la mansión, y apenas abrí la puerta estaba Lilith, quien me vio con preocupación al verme herido y comenzó a atenderme con magia, luego de un par de horas estaba como nuevo, aunque un poco cansado...

Al día siguiente comenzó la fiesta, muchas personas reunidas dentro de la gran sala de la mansión, los músicos tocando unas hermosas melodías, algunos nobles bailaban, otros solo hablaban, y yo solo llevaba las bebidas, una hermosa chica blanca como la Azeztulita blanca, una piedra de color blanco hermosa, su cabello plateado brillaba con esplendor, sus ojos grises claros podrían hipnotizar a cualquier persona con facilidad...

"Podrías traerme una bebida, por favor?" fue lo que dijo, a lo que respondí "Claro, de inmediato", al llevarle su bebida, me encontraba mirándola mas...

Cuando menos me lo esperaba "Te gustaría beber conmigo?" esas palabras me alagaban, y justamente era hora de mi descanso, así que no vi porque negarme, me senté a su lado y dijo "Soy Bianca Blanc, y tu?" nervioso respondí "Me llamo Yami Tenebris, sirviente de la familia Aurum, mucho gusto".

La chica saca un abanico y antes de poder comenzar a tirarse aire, lo veo caer al suelo, me agacho a recogerlo y al entregárselo me sonríe, esa sonrisa me hizo sentir algo, algo que nunca había sentido antes, "Vaya, que caballeroso" dice ella al poner su copa hacia adelante para hacer un brindis conmigo, por supuesto yo acepto y chocamos copas, luego de eso tomo un sorbo de mi copa y...

"Que esta pasando? Todo se esta moviendo, Eh? porque se esta poniendo todo oscuro? oye, oye esto no esta bien" fueron los últimos pensamientos en pasar por mi cabeza antes de colapsar, luego de eso, oscuridad...