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Escondido en este cuarto de limpieza, aterrado.

El calor subía por mi cuerpo como serpientes deslizándose hasta llegar a mi cabeza que poco a poco perdía la cordura, algo en mi interior deseaba llevarse por el instinto, salir de este cuartucho y tomar a la primera persona que pasara por delante mío.

Humillar, doblegar y utilizar.

Pensamientos coherentes comenzaban a abandonarme y la ropa comenzaba a estorbar, necesitaba que alguien viniera a sacarme de aquí o ayudarme a calmarme, la segunda opción sonaba mas tentadora. Rebuscando en los bolsillos del saco, buscándome mi móvil.

Deslizándome contra una pared, ya no podía mantenerme de pie. La pantalla del aparato estaba borrosa, en realidad, todo comenzaba a estar desenfocado, cerré los ojos con fuerza.

No, no, no

Rogué, abrí los ojos. No ocurrió ningún cambio.

Mierda.

Acerque la pantalla a mi rostro, no era el momento para jugar a las adivinanzas. Reconocí rápidamente la aplicación de contactos, una pequeña parte de mi se sintió aliviada, deslizando la pantalla hasta que su nombre apareció o al menos eso parecía.

Acerque el teléfono a mi oído.

- ¿Jinyoung? - sonó una voz dulce-

El eco de su aroma cosquilleo en mi nariz, la calidez de su cuerpo diminuto contra el mío, tan desesperado como yo por un poco de contacto y ver en sus ojos oscuros reflejado el deseo por mí. Ansiaba tenerlo entre mis brazos, embriagarme de él y amarlo por el resto de la semana.

-Mark- gemí lastimeramente su nombre, un suspiro se escucho al otro lado- necesito que vengas-

- ¿Dónde estás? – su tono se volvió sereno, típico en él- ¿Causaste algún...desastre? –

-No, estoy escondido en un cuarto de limpieza- suspiré, mi lengua se sentía demasiado pesada para seguir articulando alguna otra palabras- escape a tiempo-

Mark rio.

-No salgas, estaré ahí en cuarenta minutos- dijo antes de cortar.

¿Cuarenta minutos? Eso es demasiado tiempo.

Deje caer el brazo

Podría aguantar ese tiempo, no era un animal. Cerré los ojos, desviando mis pensamientos hacia otra parte.

Fue inútil, solo podía sentir como gotas de sudor se deslizaban por mi piel y la ropa pegándose a mí. Alguien toco la puerta.

-Está ocupado- grite-

-Así que, aquí estabas- dijo una voz familiar al otro lado de la puerta-

-Lárgate- gruñí.

De un momento a otro, deje de sentirme caliente y la ira invadió cada parte de mi cuerpo. Ansiaba salir de este lugar y arrancarle la garganta con mis propios dientes, sentir su sangre caliente deslizándose de mi boca y deleitarme en ver el ultimo brillo en sus ojos oscuros.

Ah, estos pensamientos comenzaban a ser un gran problema.

- ¿Sigues ahí o estas ocupado follando con la escoba? - dijo en un tono risueño-

-Dije que te largaras, jaebeom- gruñí.

Mi pecho retumbo al decir su nombre. Él rio.

La manija de la puerta comenzó a moverse, estaba intentado entrar. No podía dejar que me viera de esta manera tan miserable, pero fue demasiado tarde, la puerta estaba abierta y jaebeom estaba ahí.

Arrugo su rostro, sabia que el lugar esta impregnado de mi aroma, jaebeom de un paso adentro y cerró la puerta detrás de su espalda. Sus ojos estaban fijos en mi y había en ellos que nos me agradaba.

Gruñí, enseñando los dientes, pero jaebeom volvió a reír. Como si fuera alguien inofensivos se acercó, se sentó al frente de mí.

-Jaebeom, déjame en paz- susurre, estaba cansado y confundido, no tenía energía para luchar o estar a la defensiva- Solo, vete-

-Oh, no puedo hacer eso- respondió, paso su mano por su cabello, peinándolo hacia atrás- no puedo permitir que un alfa en celo este suelto en la empresa, es un peligro para otro alfas y omegas- sonrió- esto debe ser reportado, querido jinyoung-

Mis palabras murieron en mi garganta cuando el acuno mi rostro, su contacto se sentía frio contra mi piel caliente. No pude evitar suspirar de alivio antes de encontrar un poco de cordura dentro de mi cabeza, esto no debería sentirse de esta manera, algo andaba mal, debería apartarme de su toque, debía sentir asco no tranquilidad y alivio. Levante la mirada hacia su rostro, la picardía había abandonado su mirada y un destello dorado ilumino sus ojos oscuros.

Aparte mi rostro.

-Aléjate de mí- chille-

Jaebeom no respondió.

¿Cuánto faltaba para que llegara mark? ¿Cuánto tiempo había pasado desde la llamada? Necesitaba alejarme de este hombre.

Su aroma me envolvió, ese aroma que me había acompañado la mitad de mi vida. Ese aroma que me había dado tantos buenos momentos hasta que nuestros lazos se rompieron y nos volvimos en dos viejos amigos que se trataban como desconocidos y que estaban dispuestos a pisarse para obtener algo que él otro deseaba.

Odio, cariño, rencor, miedo...añoranza, se revolvieron dentro de mi pecho.

-Jinyoung, te ves destrozado- susurro, su aliento choco contra mi cuello-

¿Cuándo se había acercado tanto?

Su cabello cosquilleaba mi mejilla, él se aparto y nuestros rostros estaban demasiado cerca.

-Había olvidado lo hermoso que eras- susurro, sus dedos se deslizaban debajo de mi barbilla-

-Aléjate de mí-

Aparte su mano de mí, hubo dolor en sus ojos, pero no se apartó, volvió a colocar su mano en mi rostro con suma gentileza.

-Déjame ayudarte-

Su aroma era asfixiante. 

-Por favor- gruñí- solo vete, jaebeom

Estaba cansado de hablar. Estaba cansado de pensar.

El pánico invadió mi cuerpo, un alfa no podía ayudarme con esto, no era natural. ¿En que estaba pensando este hombre? ¿se estaba burlando de mí? ¿Quería humillarme? Traté de encontrar alguna respuesta en sus ojos, pero no encontré nada mas que deseo y algo más.

Todos esos pensamientos desaparecieron cuando él me beso. 

Imposible [Bnior]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora