Amor tras bambalinas [KookHope Circus AU]

Única Función.

Se sentía mareado, y sus manos sudaban cual cascadas mientras daba vueltas por su carpa personal en un intento de dispersar los nervios.

-¡Hobi! Ya casi inicia la...-detuvo sus pasos al verlo dar tantas vueltas, se acercó para ayudarle a relajarse.

Lo abrazó, sabiendo que siempre se pone así antes de cualquier función. Aunque esta vez era algo diferente, pues harían su actuación en la ciudad principal de Corea, donde llegaron muchas más personas expectantes de un espectáculo deslumbrante.

Hoseok correspondió, aspirando el varonil aroma de su compañero, relajándose bajo su tacto.

-Lo harás bien, tú siempre lo haces bien -mencionó Jungkook, dando leves caricias a su espalda.

-Pero esta vez son más personas que las usuales, ¿y si hago algo que no les guste? -preguntó, con miedo de ser un fracaso frente a cientos de personas.

-Hobi, siempre dices eso y siempre eres ovacionado por todo el mundo, deja de pensar que no les va a gustar -acarició su mejilla, transmitiéndole todos sus sentimientos con solo un toque y una mirada.

-Esta bien, Kookie, confiaré en ti...-besó castamente los labios del más alto, y tomó su camisa de un color llamativo para terminar su vestuario.

-Te veré desde el telón, ¡suerte! -le lanzó un beso que fue atrapado por el otro, y se apresuró a dirigirse donde le comentó a su amante.

Hoseok se dirigió al escenario, subiendo a uno de los enormes postes para iniciar su actuación. Al llegar arriba, buscó a Jungkook con la mirada, encontrándolo justo en donde le había dicho, con una sonrisa de orgullo. Le sonrió, recibiendo otro beso volador a cambio. Solo eso le bastó para armarse de valor y empezar con su acto.

Terminando el acto de Hoseok, increíble como siempre, recibió aplausos, silbidos, y alguna que otra rosa.

Ahora los roles había cambiado, Jungkook realizaba su número mientras Hoseok lo miraba desde el telón. Mordía sus uñas con ansias, puesto que el acto realizado por el alto era demasiado peligroso, incluso para él.

El truco en sí, era simple; meterse a un pequeño cubo lleno de agua mientras se encontraba maniatado, con una cadena alrededor de su cuello, y enrollando a su vez ambas piernas dejándolas inmóviles, para luego ser encerrado en el diminuto cubo mientras trata de escapar en el menor tiempo posible.

El más bajo rezaba en silencio mientras veía a Jungkook realizar tal atrocidad. Pasaban los minutos, mas el truco no parecía terminar y el acróbata notó que el aire ya hacía falta.

Sin importarle interrumpir la hazaña, corrió hacia donde estaba Jungkook y sacó la llave maestra que este le había dado por si sucedía una emergencia. Abrió el cubo, pero el escapista no parecía moverse, así que reunió fuerzas para volcar el cubo y que de esa forma el agua saliera, junto con el cuerpo, del interior. Jungkook quedó boca arriba en el suelo, y Hoseok se colocó a su lado para desatarlo de las cadenas.

Todos los miraban sorprendidos, impactados; expectantes del cómo se encontraba el circense.

Hoseok sacudió el cuerpo más fornido, y Jungkook sonrió para luego escupirle agua que mantenía en su boca. El acróbata se limpió el rostro, escuchando la sonora risa del escapista.

Gruñó, golpeando su pecho suavemente.

-¡Me asustaste, bobo! -Jungkook lo tomó por la cintura, callando sus reproches con un pasional beso.

Todos soltaron exclamaciones de asombro, mas luego la sorpresa se volvió aburrimiento, por lo que iniciaron los abucheos e insultos. El maestro de ceremonias hizo acto de presencia en el escenario, de lejos se podía notar su enojo con ambos chicos.

Después de arreglar aquel contratiempo, el público retomó su compostura y la función continuó, ignorando la interrupción de minutos antes.

Terminada la función, la pareja fue echada del circo. Pero a ninguno le importó, a pesar de que ese fuera el único hogar que hubieran conocido.

Tomaron sus pocas cosas, y se fueron con las manos entrelazadas.

Mientras se tuvieran el uno al otro, el resto del mundo no importaba.