Deseo concedido

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Los dedos de mis manos, se deslizan por la caja, en donde atesoro los objetos más preciados. Quito la tapa con cuidado y enseguida saco un par de cartas que, se encuentran excluidas, de las otras misivas. Estas cartas están aparte, porque, pienso que dejándolas así, se mantienen mucho más cerca de mí.

Observo ambos sobres con alegría, después, meto la mano en el bolso derecho de mi abrigo, para sacar un tercer sobre. Ese aún se encuentra cerrado, pues, recién llegó con el correo de esta mañana. El cartero lo trajo mientras la señorita Pony y yo, nos encontrábamos en el pueblo, arreglando un par de asuntos de la casa hogar. La hermana Lane fue quien lo recibió, así que en cuanto llegamos, rápidamente me hizo entrega de la misiva.

«Candy, querida... ¡Te llegó una carta!», exclamó ella, sin reprimir la emoción que sentía. Yo en cambio me limité a tomar el mensaje entre mis manos y a sonreír con calma, verdaderamente hice gala de mi madurez y guardé la euforia de adolescente enamorada, para más tarde, cuando ya estuviera a solas.

Increíblemente, continué con mis actividades conduciéndome con total normalidad, aparentando que, ya no era la misma chica loca del pasado, esa que tomaba la carta y corría despavorida hacia la colina, para ponerse cómoda y leerla.

En este momento ya me encuentro sola, estoy instalada en la comodidad de mi habitació, así que, ahora, ya puedo dejar de fingir ecuanimidad.

Sonrío emocionada y me dejo caer sobre el colchón de mi cama. Me siento realmente feliz, porque ahora tengo tres cartas... tres cartas que él me ha escrito... ¡Apenas puedo creerlo!

Por mucho tiempo, anhelé que esto sucediera, imaginé una y otra vez que él y yo, volvíamos hablar. Mi deseo era casi imposible de cumplir, no obstante, hoy es toda una realidad y Terry, ha vuelto a comunicarse conmigo.

La primera carta que recibí, contenía tan solo unas cuantas líneas, pero, las palabras escritas en ese mensaje fueron tan poderosas que, lograron sacudir el pequeño mundo, donde yo me mantuve resguardada por tantos años. Una simple frase me elevó por los cielos y entonces, comencé a caminar sobre las nubes.

«Para mí, nada ha cambiado» Eso había escrito él...

Esas cinco palabras cambiaron el rumbo de mi existencia, pues, recordé lo que se siente, cuando las mariposas en mi estómago revolotean entusiasmadas.

A veces me pregunto si Terry, sería consciente de lo que provocaría en mí, cuando escribió esa línea... y también, me pregunto si para él significa lo mismo que para mí.

La segunda carta que me escribió, fue mucho más larga, menos intensa, pero me contaba tantas cosas que sentí que él y yo estábamos frente a frente, charlando, justo como lo hacíamos en el colegio. Fue como si volviéramos a conectarnos.

Mis dedos temblorosos, acarician el sobre que contiene la nueva carta. Estoy ansiosa por leerla, sin embargo, también tengo miedo de abrirla, porque me he formado tantas expectativas que siento que podría resultar desilusionada...

Me levanto de la cama y me dirijo hacia el escritorio, por fin me he decidido a leerla; tomo el abrecartas con firmeza y abro cuidadosamente el sobre para sacar su contenido.

El aroma que despide el papel... Dios... en verdad adoro ese aroma.

Siento escalofríos, de solo imaginar que, esto proviene de Terry. Él escribió este mensaje, lo colocó en el sobre y luego lo puso en el buzón... hizo todo eso... ¿Solo para comunicarse conmigo? ¿Por qué? ¿Porque siente algo por mí?

Otra vez, las mariposas dentro de mi estómago, revolotean con emoción. Es inevitable. Hago un esfuerzo por calmarme, tomo un respiro y enseguida desdoblo la carta para leerla.

Deseo concedidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora