Después que Ana conoció a mis padres fuimos para el cuarto para que dejará sus maleta, al cabo de un rato le propuse ir hacia una playa para mirar el atardecer, ahí seguimos conversando hasta tarde hasta que la miro fijo a los ojos y me lanzo a robarle un beso, subimos para mí casa nos bañamos y comimos, por la noche a la hora de dormir hicimos el amor lo que me tomo de sorpresa porque no pensaba en que eso sucediera y mientras más lo hacíamos más me exitaba más deseo tenía de seguir haciendolo, acabamos y nos acostamos a dormir al día siguiente volvimos a hacerlo, y el domingo salimos a un bar donde la pasamos súper bien, nos reímos y nos divertimos cantidad como hace años no me divertía así con nadie al regresar a mi casa Ana ya tenía que irse para su casa, nos despedimos. Ya el lunes yo había empezado a extrañar a Ana sin darme cuenta, ella empezó viniendo todos los fines de semana de viernes hasta el domingo pero hasta hace poquito Ana empezó a irse los lunes por la mañana para pasar más tiempo juntos y cada fin de semana que pasaba yo me sentía más adicto a ella tanto así que empezamos hacer locuras, hicimos el amor a las orillas de un río donde nadie nos veía y luego la lleve a mi lugar preferido para encima de una asotea para que viera a la ciudad de noche ahí también tuve el privilegio de hacer el amor con ella y cada hora que pasaba, cada segundo más vicio tenía hacia ella me sentía tan completo a su lado que a veces tengo miedo de enamorarme demasiado y de no ser correspondido. A veces el amor estan injusto, pero así es la vida, lo que le da gracia son los pequeños momentos en los que somos felices con esa persona que tanto nos importa.