"Stolen moments that we steal as the
curtain falls, it'll never be enough..."
Al parecer, esta sería otra noche en vela. Una noche más agregada a su larga lista donde se quedaba despierto hasta ver el amanecer.
Nuevamente el insomnio se hacía presente, y JungKook soltó un suspiro resignado antes de fregar las manos sobre su rostro, un claro signo de su frustración.
No es como si pudiera hacer algo más de todos modos. Por diversos motivos, su psiquiatra le había dejado de recetar somníferos. JungKook tenía estrictamente prohibido ingerir pastillas para dormir o cualquier otro medicamento afín.
Así que, ¿qué más podía hacer?
Se levantó de la cama en dirección a su tocador y tomó la jarra llena de agua para servirse en un vaso. Caminó hacia la puerta corrediza del balcón y salió, dejando que sus ojos vagaran libremente por las luces de la cuidad que, solamente por la noche, lucía en paz.
Y JungKook envidiaba eso, de verdad que sí, porque él quería ser como la noche y lograr sentirse de esa manera.
Incluso si no fuese real y solamente momentáneo. Porque a pesar del silencio que reinaba en Seúl, nada podía apagar el ruido que había en su cabeza.
Ni siquiera SeokJin, quién estaba profundamente dormido, acurrucado en su cama dándole la espalda. JungKook sabía, incluso sin verlo, que en los rechonchitos labios de su novio había un adorable puchero del que salía un pequeño hilo de saliva.
Centró sus ojos en los edificios y observo la maravillosa vista que tenía enfrente suyo del puente del río Han, con su rostro inexpresivo. Esa vista dejaría a la mayoría asombrados y fascinados pero no a JungKook, ya no.
Ver aquello prácticamente formaba parte de su rutina, verlo tan seguido había logrado que perdiera su encanto y JungKook ya no sentía nada al observarlo cada vez que no podía dormir.
Solamente le ayudaba a darse cuenta de cuán pequeña e irrelevante era su existencia en ese mundo, como si fuera posible el ser tragado por esas inmensas estructuras dándole así fin a su efímera existencia.
ㅡCariño, vuelve a la cama ㅡla voz rasposa de SeokJin fue meramente un suave susurro, pero JungKook fue capaz de escucharlo a la perfección gracias al denso silencio nocturno.
ㅡPrefiero pintar o dibujar en vez de perder el tiempo tratando de dormir cuando sé que ni siquiera podré cerrar los ojos ㅡcontestó el menor sin mirarlo, sosteniendo con más fuerza de la que debería el vaso de cristal.
ㅡEstá bien, como quieras ㅡdijo el otro, y JungKook creyó que volvía a estar solo en su balcónㅡ. Siéntate en la otra esquina y recargate en ese cojín.
Él no entendía que estaba tratando de hacer su hyung, pero dejó el vaso sobre la mesita ratona e hizo sin rechistar lo que se le ordenó.
Grande fue su sorpresa cuando vio que SeokJin sostenía su bloc de dibujo y tenía su cobija favorita (la de color tinto que era afelpada) sobre los hombros. Se le acercó soltando un bostezo y se sentó sobre el amplio sofá dejando a un lado su bloc. Entonces Jin tomó las piernas de Kook y las colocó a cada lado de su cadera.