¿Quién es Elizabeth?

Capitulo 01

Mensajes de un desconocido

Estiro el brazo y coloco el libro en la mesita al lado de mi cama frustrada por no poder continuar con mi lectura.

Bloqueo lector, ¿no les ha pasado? Esa horrible sensación de que las palabras pasan por tu mente pero no llegas a procesarlas, y aunque quieras seguir simplemente no puedes concentrarte del todo.

Entonces aquí me encuentro, recostada en mi cama, mirando hacia al blanco techo de mi habitación; aburrida porque no puedo leer y molesta conmigo misma por no lograr hacerlo. En el instante en que estoy por quedarme dormida debido al silencio que hay, escucho el sonido del celular avisando que llegó un mensaje.

Vacilo un momento dudando entre revisar o no, ya que tengo que levantarme para hacerlo y al parecer la pereza se ha adueñado de mi cuerpo. Al final me levanto y me dirijo hacia la peinadora donde se halla el celular hasta que caigo en cuenta de algo y me detengo en seco.

Nadie tiene mi número.

Mi madre recién hoy me lo entregó, ya que mi anterior celular paso a mejor vida luego de un accidente, por decirlo así. Así que absolutamente nadie poseé mi número, aparte de mi madre.

O eso pensaba yo.

Decido revisar de un vez para salir de la incertidumbre, pero lo que leí solo me desconcertó aún más.

Número desconocido:

"Que no se te olvide; en la entrada del bosque cerca de la avenida Rotterdam, a las 08:00pm"

07:32pm

"Ah, y por favor no le cuentes a nadie"

07:33pm

"Espero y no me falles está vez, Elizabeth"

07:34pm

Mi mente quedó en blanco, sin entender de qué se trataba todo esto y en mi estómago se revolvieron un montón de emociones para nada agradables.

¿Una broma, tal vez? No, no puede ser una broma, si nadie tiene mi número, ¿como es posible? Y si lo fuera ¿Por qué escribirían algo así?

Trato de respirar para calmarme y pensar con coherencia, pero no se me ocurre ninguna explicación lógica y lo único en que pienso es en consultarlo con mi madre.

Porque vale, no es un secreto, cuando uno tiene miedito va con mamá.

Bajo al comedor y la observo rellenar unos documentos, su semblante delata el cansancio que tiene y aún así sigue trabajando; realmente amo a esta mujer.

Tomo asiento al frente de ella haciéndome notar, apoyo el codo en la mesa y descanso mi mejilla contra mi puño.

—¿Qué haces? —le pregunto para iniciar la conversación. Ella me mira con una de sus cariñosas sonrisas y aparta un momento los papeles para prestarme atención.

—Tú nunca sueles hacer preguntas obvias, así que me imagino que quieres hablar sobre algo, cuéntame —dice con su habitual tono comprensivo.

—En serio que me conoces bien —digo riendo.

—Soy tu madre, es mi deber y todo un placer.

Pienso que voy a decir, sin embargo me resigno a que las palabras solo fluyan.

—Eh... Quería hablarte sobre el celular que me diste —empiezo a contarle —lo que pasa es que...

—Cariño, —me interrumpe y estira su mano sobre la mesa para tomar la mia —se que no es lo mejor del mundo, y tampoco es lo que te mereces... pero es lo único que puedo ofrecerte por el momento...

Se me encoge el corazón ante sus palabras y hace que me olvide de la idea de contarle sobre los mensajes desconocidos, lo menos que quiero es que tenga más preocupaciones innecesarias a causa de mi.

Siempre hemos sido solo mi mamá y yo; y aunque nuestra situación económica no es muy buena, ella siempre se esfuerza para que yo tenga lo necesario.

—Mamá, no, no es eso. Claro que estoy conforme, lo único que quería saber es ¿dónde compraste el celular? —le pregunto, para abandonar mi intención de contarle.

—Me lo vendió un compañero del trabajo, ¿por qué? ¿tiene algo mal?

—No, no, solo... curiosidad; bueno, te dejo para que termines y cualquier cosa estaré en mi habitación.

—Está bien, amor.

Subo a mí habitación y no intento dormirme porque sé que no lo lograré, en vez de eso camino dando vueltas tratando de darle algún sentido a los mensajes.

Empecemos por lo sencillo, está claro que no van dirigidos a mí porque yo no me llamo Elizabeth.

Entonces Elizabeth y dicha persona que envió los mensajes se van a ver en las afueras del bosque cerca de la avenida Rotterdam a las ocho de la noche.

¿Hoy? ¿Mañana? No lo sé.

¿Qué se supone qué van a hacer allí? Tampoco lo sé.

Tal vez, de manera tan simple pude haber pensado que alguien se equivocó y ya, no le hubiese dado tantas vueltas al asunto; lo pasaría por alto. Es algo que pudo haber quedado hasta allí si lo que pasó al día siguiente no fuera parecido demasiada coincidencia.

Así que esa noche, tome un lápiz y una libreta, y escribí la incógnita que paseaba dentro de mí, decidida a resolverla; activando la torpe detective que vive dentro de Brooke Sellers.

¿Quién es Elizabeth?

N/A:
Okay, se que el capítulo es algo corto pero decidí dejarlo así.
Espero y les vaya gustando la historia, y por favor les agradecería un mundo si dejarán su estrellita porque así hacen que valga la pena las noches en que me desvelo escribiendo y editando.
No creo tardarme mucho para actualizar el próximo capítulo.
Pueden seguirme en Instagram cómo rosx1037.