-simp! ; satzu.

únicoッ

—¡Me niego!

—¡¿Por qué?!

—¡Porque Sana  es una puerca aprovechada que me va a manosear, Dahyun!

—No voy a negarlo —la aludida se encogió de hombros, siendo apuntada por el dedo índice de Tzuyu.

—¿¡Lo ves!? —Dahyun rodó los ojos, restando importancia con un ademan de mano—. ¡No quiero hacerlo!

La rubia la miró con desdén, cruzándose de brazos—. Lo dices como si no te gustara.

—¡Porque no me gusta! —chilló, alejándose del abrazo que la mayor intentaba darle—. ¡Aleja tus cochinas manos de mí, Minatozaki Sana!

—¿Por qué tienes que gritar tanto, Tzuyu? —Jeongyeon se sentó en los muslos de Nayeon, dejando que esta rodeara su cintura con sus brazos—. No entiendo tu problema, Sana no es tan fea.

—Pasaré por alto el "tan" y esconderé mi dolor con una sonrisa —la pelirroja sonrió forzada, haciendo reír a las presentes.

—No digo que sea fea, solo digo que yo no, pues... —rascó su cuello, evitando miradas—. ¿"Bateo para ese lado"?

—Que no le gustan las tetas dice, pero todos sabemos que mientes con todos los dientes.

—¡Hey! —sus amigas rieron, y ella solo atinó a a lanzarle una lata vacía de cerveza a Nayeon—. No miento.

—¿Entonces por qué no lo haces? —le retó la castaña. Tzuyu apretó los labios en una fina línea—. entre más fobia le tienen, más huelen a closet.

—Te voy a golpear —advirtió, frustrada por las cejas juguetonas de su compañera de universidad.

Momo entró a la sala, gruñendo y dejándose caer sobre el sofá—. ¡Solo hazlo!

—¡De acuerdo! ¡Ya! Dame el puto pocky —Dahyun le tendió la cajita con entusiasmo, sacándole la lengua a Tzuyu cuando esta se la arrebató—. ¿Quién a quien?

Sana bufó lento, mirando al techo pensativa. Se volvió a Tzuyu, mirándola con falsa inocencia—. Como a ti más te guste, pero personalmente prefiero ir arriba

—Tú... —cerró sus parpados, suspirando pesado—. El pocky, idiota, quien se lo pone y quien se lo come —las cejas de Sana se alzaron, ojos divertidos y Tzuyu interrumpiéndola antes de que dijera algo mas—. ¡El pocky, Sana!

—¡No dije nada!

—¡Pero lo pensaste! —sus amigas terminaron desechas en carcajadas a base del sufrimiento de Tzuyu. Suspiró y acercó el palito de dulce a sus dientes—. Te juro que si intentas algo...

—Me voy a portar bien —interrumpió sonriente, Tzuyu la miró con obviedad.

—Como si te fuera a creer — renegó

—Me conoces tan bien, haces que me enamore más de ti —Tzuyu rio, mientras giraba los ojos, sintiendo su cara arder inevitablemente—. Sabes que te encanto.

—En tus mejores sueños —burló, colocando la galleta en sus dientes y abriendo sus ojos en grande cuando las manos de Sana la tomaron de la cintura.

Sus compañeras chillaban tras ellas, encimadas unas con otras intentando ver el espacio entre la boca de Sana y Tzuyu. Arrugó la nariz, y mentiría si dijera que los brazos de la azabache envolviéndola con fuerza no le hicieron temblar las piernas. Sintió las puntas de sus narices chocar, y justo cuando decidio abrir los ojos se encontró con los de Sana, estos mirándole con una mezcla de diversión, ternura y admiración.