Capítulo 8 "El silencio"

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Jess despierta, una luz blanca ciega sus ojos por un momento, pero una voz familiar la trae de vuelta a la realidad.

_Ya me estaba volviendo loco porque no despertabas
_Ma... May?
_Si Jess, soy yo- le dice Mayron sosteniendo su mano aguantándose las lágrimas- Me asusté mucho cuando sentí el estruendo en plena llamada, escuchaba sirenas de ambulancias y me he tenido que fugar de la escuela porque no cabía dentro de mi mismo de los nervios
_Me siento soñolienta
_Es normal, te han administrado analgésicos muy fuertes por el dolor-dice acariciando su pelo y mirándola a los ojos con tristeza- Oh Jess, no te preocupes saldrás de esta, lo importante es que estás viva.
_ ¿Qué fue lo que me pasó?
_Tienes ambas piernas y un brazo fracturados, la clavícula se te hizo pedazos y tenías hasta un trozo de vidrio encajado, pero no te preocupes, te recuperarás, yo voy a cuidarte

Jess mira a su mejor amigo con lágrimas entre los ojos, levanta sin fuerzas su mano para tocar su rostro pero vuelve a caer dormida por los efectos de la medicación.

_ Si no le hubieras donado de tu sangre ella estaría muerta ahora mismo igual que su chofer ¿Ya has contactado con su familia?- dice una voz masculina que proviene de la puerta de la habitación

Mayron se voltea para darse cuenta que allí parado está el doctor de Jess, un doctor bastante joven y apuesto, pero con pasión por su trabajo

_ Sí, sus padres son lo único que ella tiene, pero ni siquiera contestan el teléfono- le dice mientras mira a Jess- Los que sí vienen son los familiares del chofer, era un buen hombre, no merecía morir
_Qué se le va a hacer, eso sucede en el día a día. Lo que más hay en las calles son conductores borrachos o drogados, incluso no necesitan estar bajo los efectos de alguna sustancia para manejar de forma irresponsable-el doctor se acerca a Mayron y toca su hombro- Sería bueno que donaras sangre cada cierto tiempo, salvarías muchas vidas. Como eres de tipo O- tu sangre se le puede poner a cualquier persona y eso en casos de emergencias como estos es vital
_Si, mi madre me lo dice a cada rato, ella también es doctora. Pero lo siento mucho, yo no soy tan altruista como para andar regalando mi sangre por ahí
_Una lástima la verdad, piensa en todas las personas a las que podrías salvar, personas como ella que la necesitan con urgencia-explica señalando a Jesse
_No va a convencerme, solo he querido salvarla a ella porque me importa.
_Me siento muy decepcionado, parecías un buen muchacho
_ ¿Y quién dice que no lo soy? -le interrumpe Mayron
_En mi humilde opinión, alguien que se niega a salvar vidas cuando tiene la posibilidad de hacerlo no creo que sea una buena persona. Pero bueno, es tu decisión
_No pienso salvar a desconocidos que ni siquiera sé si merecen ser salvados
_Está bien, entiendo tu punto-diciendo esto el doctor se marcha

La habitación sucumbe ante el incómodo silencio que es interrumpido por el llanto de una mujer, que llora a su esposo fallecido.
Pobre chofer, piensa Mayron mientras se pega al cuerpo débil de Jess para escuchar su respiración.

_Qué bueno que estás aquí conmigo, pensé por un momento que iba a perderte para siempre... Jess... no pienso perder más mi tiempo contigo, este accidente me ha enseñado que el mejor momento para hacer las cosas es ahora, porque quizás mañana sea demasiado tarde...

Se acerca a su rostro mientras acaricia su cabello, le da un suave y cuidadoso beso en la frente y le susurra al oído:

_Jess... YO TE AMO

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