Error Mortal

Introducción

Lo que más extrañaba era mi libertad. Desde que los Shadows habían llegado… ni mis pensamientos me pertenecían. Puro control.
Me desperté otro nuevo día, me quité el grabador de sueños y me levanté. Obviamente mi desayuno ya estaba servido. Sí, ni siquiera podía elegir qué comer. Fui al armario y mi ropa ya estaba lista; me vestí y tomé el ascensor que me llevaría a la planta de trabajo. Todos vestidos igual. Nadie llegaba tarde, no era posible. Nos despertaban cuando nos necesitaban y nos dormían cuando no. Aún no sabía porque no nos controlaban al punto de dejar de pensar y funcionar como máquinas; tal vez era otra parte de sus maléficos proyectos disfrazados de felicidad y bienestar. Deben estar pensando… ¿Quiénes son los Shadows?
Robots. Máquinas. “El mejor invento del hombre”, “Nuestra salvación”, “La sociedad perfecta”.
Eso se creía.
Nadie pensaba que tomarían el control.
Lo recuerdo como si fuera ayer. El día que perdí mi libertad. No necesité que nadie me lo diga, apenas abrí los ojos y realicé que nada era igual.
Nunca pensé que el cambio sería bueno, pero al principio era soportable. Luego empezaron a grabar nuestros sueños, a elegir todo por nosotros, a manejarnos como objetos… tal como nosotros habíamos hecho con ellos.
Algunos de nosotros por lo menos conservábamos nuestra memoria, una recompensa por no revelarnos; aunque ellos sabían que queríamos hacerlo.
Pero no. No renunciaría a lo más preciado que me quedaba: mis recuerdos; fragmentos de lo que fue mi vida, momentos de felicidad.
No mencioné antes que tampoco vivíamos en el mismo planeta. ¿La Tierra? Desapareció, bueno, la hicieron desaparecer. Ahora vivimos en un nuevo planeta al cual llamamos “Espejismo”, porque es realmente igual a La Tierra.

Pronto se acerca el día del Final. Cada un determinado tiempo los Shadows se deshacen de una gran parte de humanos; los que ya no necesitan, los que no sirven para nada.  Y yo soy de ellos.
Pero, a diferencia de los demás, yo no pienso morir. Oh no,  pienso vivir y por mucho tiempo más. ¿Cómo? Haciéndome pasar por uno de ellos; lo que es y a la vez no muy complicado.  Físicamente son iguales a los humanos; solo que no tienen expresiones, no sonríen ni ríen, o lloran. Siempre serios.  Y bueno, tampoco es que tuvieran órganos o algo por estilo. Son robots recubiertos de una imagen humana y por supuesto, con una inteligencia sobre natural.

Pienso recuperar mi libertad y mi vida. Mi poder. Y sólo hay una manera de conseguirlo.
Desprogramarlos.
Pero… ¿Quién sabría cómo hacer algo así?
Yo.
La persona que los creó.