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Hola, mi nombre es SunWoo tengo 17 años y me encuentro en la cocina de nuestro dormitorio ayudándole a mis hermanos a preparar la comida para ésta tarde.

Estoy agradecido de poder estar aquí escribiéndoles un poco para contarles sobre algo que siempre recuerdo cuando estoy picando cebolla para comer, ¿ustedes saben que es lo malo de llorar cuando uno pica cebolla? no es el simple hecho de llorar, sino que a veces uno empieza, y cuando esas primeras gotas son derramadas, aunque uno aleje la cebolla de enfrente, ya no pueden parar de caer. No sé si a ustedes les ha pasado pero a mí sí, las lágrimas salen y simplemente no puedo evitar pensar en algo triste. Y me pasa ifinidad de veces.

Papá decía que era porque yo soy igual de sensible a la cebolla que Park JiMin, mi tío abuelo omega, quien fuese uno de los pilares más grandes de nuestra familia. Dicen que JiMin era tan sensible que desde que estaba en el vientre de su madre lloraba y su lobo aullaba cuando en la cocina se picaba cebolla; su llanto era tan fuerte que Kim SeokJin, el cocinero de la casa, lo escuchaba aunque estuviera en el huerto, sin siquiera esforzarse, era un especie de señal propia del lobo en el interior de aquel cachorro.

Un día los sollozos fueron tan fuertes que provocaron que el parto se adelantara. Y sin que su madre pudiera pedir ayuda a la partera, JiMin arribó a este mundo prematuramente, sobre la mesa de la cocina, entre los olores de un kimchi jjigae que se estaba cocinando, los de la panceta Samgyubsal, el cilantro, el de los ajos y, por supuesto, el de la cebolla.

Mi hermano mayor suele contarme como a los bebés recién nacidos se les solía dar una nalgada para hacerlos llorar, lo que a mí me parecía una tradición bastante cruel pero que de cualquier manera te preparaba para los duros golpes de la vida.

Pero para Park JiMin no fue necesario ya que el pequeño cachorro nació llorando de antemano, tal vez porque su lobo sabía que su destino determinaba que en esta vida le estaba negado el matrimonio, era una tradición en los tiempos de la antigüedad, que en las familias nobles siempre el último cachorro en nacer debía cuidar a su madre así fuese alfa, omega o beta, las jerarquías no importaban a la hora de hablar sobre el honor a tu familia.

Contaba SeokJin que JiMin fue literalmente empujado a este mundo por un torrente de lágrimas, muchos lobos nacían acompañados de aromas, sucesos o apariciones peculiares, obra de la diosa Luna que en su trabajo de brindarle a cada uno una apropiada bienvenida al cuerpo humano que recibiría sus almas lobunas, a veces le gustaba jugar con estos acontecimientos, y el nacimiento del menor de los Park no fue una excepción, su madre lloro tanto que sus lágrimas se desbordaron sobre toda la mesa y parte del piso de la cocina. En la tarde, ya cuando el susto había pasado y el agua, gracias al efecto de los rayos del sol, se había evaporado, Jin pudo barrer el residuo de las lágrimas que tras la evaporación del líquido dejo lugar a una considerable cantidad de sal que había quedado esparcida sobre la mesa de madera y la loseta roja que cubría el piso: Con esta sal rellenó un pequeño costal decidido a guardarlo ya que el mejor que nadie sabía de los poderes que había detrás de estos sucesos mágicos obra de la diosa Luna.

Éste inusitado nacimiento determinó el hecho de que JiMin sintiera un inmenso amor por la cocina y que la mayor parte de su vida la pasara en ella, prácticamente desde que nació, pues cuando contaba con dos días de edad, su padre alfa Park Jungsik un comerciante que casi siempre se la pasaba fuera de la hacienda, murió de un infarto, su esposa omega Park ShinHye cuando murió su esposo también sufrió, a través de esa casi invisible marca, un dolor aúnque no mortal si inmenso, lo cual le impidió no solo amamantar a JiMin si no cuidar de él en general durante sus primeros meses.

Como en esos tiempos no había leche en polvo ni nada que se le pareciera, y no pudieron conseguir una nodriza omega o beta por ningún lado, se vieron en un verdadero lío para calmar el hambre del pequeño y el dolor que también sentía atreves del pequeño lazo que lo unia a su madre y padre. Seokjin quien era un omega, que se las sabía de todas todas respecto a la cocina -y muchas otras cosas que ahora no vienen al caso- se ofreció a hacerse cargo de la alimentación de JiMin. El se consideraba el más capacitado para «formarle el carácter con un estómago lleno y un lobo feliz a la inocente criaturita», a pesar de que a sus 19 años no se había casado ni tenía hijos propios, para el el trabajo en la cocina era más importante, y sobre eso tenía tan profundos conocimientos como el chef más preparado de todos los tiempos.

Como Agua para Chocolate <YoonMin> Omegaverse [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora