Prólogo

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Al sonar el despertador a las siete en punto de la mañana, los pasitos regordetes y descalzos sobre la madera ya están a la orden del día, adornando de pequeños sonidos ansiosos el sencillo departamento. Son las siete de la mañana en punto y, alejando de su rostro los largos mechones rebeldes de su cabello lacio, la pequeña Yoon avanza hasta la habitación de su padre.

Desde fuera, puede escuchar a Papá roncar como un tractor de granja, seguramente llenando de baba la almohada, con su cabello largo y oscuro revuelto y las sabanas desarregladas en la cama.

Yoon golpea con su puño la puerta de Papá antes de colgarse de la palanca y abrirla, entrando así a la habitación de su padre como todas las mañanas, para despertarlo.

La pequeña Seo camina rodeando el contorno de la cama, su estatura apenas de noventa y dos centímetros le permite asomar los ojitos y ver al Gigante Dormilón boca abajo, tal como lo imaginaba, porque su papá siempre duerme de la misma forma.

-Papi... -la pequeña intenta moviendo una de las piernas de su padre sobre la cama, sin éxito.-Papá... -su delgada y dulce voz es opacada por los fuertes y graves ronquidos y Yoon alza la voz, en un grito agudo que llega a los tímpanos de su padre.-¡Papá!

Su padre da un salto en la cama, abre bien grande los ojos y se dispone a salir disparado rumbo a Yoon y de donde provenga su grito, a auxiliarla inmediatamente. Pero su corazón e instinto de Papá Héroe Corre Caminos vuelven a la normalidad cuando ve a su hija, en su pijama de Hello Kitty y bien sonriente, de pie frente a la cama.

-¡Buenos días!

Johnny toma de los costados a su pequeña, subiéndola a su regazo. Yoon rodea con sus manitas el cuello de su padre y lo abraza con todas sus fuerzas.

-Buenos días, Princesa hermosa. - Johnny le da a Yoon un sonoro beso en su cabecita castaña oscura.

-No papi, hoy soy Princesa Heroína.

Johnny alza una ceja y asiente. -Buenos días entonces, Princesa Heroína. ¿Qué te parece un súper desayuno?

-¡Hot Cakes! -la pequeña alza sus manos y sonríe, repitiendo su padre la misma acción.

-¡Hot Cakes!

Y se echa a Yoon al hombro, cargándola como a un costal de papas, mientras avanzan hacia la cocina.

-Papa-a-a-á. -a cada paso de su padre, Yoon rebota sobre su hombro, haciendo que sus palabras salgan entrecortadas. -Quie-e-ero vo-la-a-ar

Johnny detiene sus pasos antes de atravesar la puerta de la cocina y sostiene a Yoon de los costados. -Pero necesito Magia para eso.

Yoon levanta los labios y Johnny acerca su rostro, recibiendo el sonoro beso de su pequeña, quien le sostiene la cara con sus manos.

-Listo, ya te di Magia.

Johnny asiente y coloca a Yoon de barriga, sosteniendo su cuerpo con sus manos. La pequeña está boca abajo, con sus brazos extendidos mientras vuela, como una súper heroína, como la Súper Chica de los cuentos del Señor Kim, su profesor.

-¡Princesa Heroína, hay un maleante en la Silla! -Johnny corre con Sook rumbo a la silla alta de la pequeña. -¡Salvenos!

Y Yoon aterriza en el lugar del crimen justo a tiempo, Papá le abrocha el cinturón y baja la mesa para el desayuno, no sin un beso en la frente antes de irse a la cocina a hacer los hotcakes.

Todos los días, después de desayunar, Yoon y su padre toman un baño. Papá siempre la carga, porque dice que es chiquita y puede hacerse daño si resbala. Johnny ha educado a su pequeña de tal forma que no le avergüence ni su cuerpo como mujer ni el suyo como hombre, ya que debe verlo de forma natural. También le ha enseñado, que nadie debe tocarla sin su consentimiento y a esa edad, solamente su padre, Tía Jill y Mamá Hye pueden verla. Yoon sabe que su cuerpo es suyo, que es hermoso y perfecto y nadie tiene permiso sobre el más que ella.

Un novio para papá│JohnDo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora