Es la noche de la fiesta de La Quema del Quish, en la cual los niños bailaban alrededor de la hoguera sin preocupaciones y los aventureros que pasan por allí contaban historias para hacer reír y entretener tanto a los adultos como a los mas pequeños.
Todos preparaban la hoguera con alegría y con mucho esmero, todos deseaban pasarlo genial aquella noche. Sobre todo los adultos, pues tenían una buena reserva de el mejor jhokma ( una bebida alcohólica creada con diversas plantas medicinales) del país
- ¡Chicos, venir aquí vamos a encender la hoguera! - Gritó uno de los adultos presentes con gran alegría.-
- ¡ Wiiii ! - Respondieron los muchachos corriendo y saltando, algunos impacientes, otros nerviosos y otros con miedo a las llamas.-
Uno de los niños presentes encendió el fuego y dio comienzo el festival. Los niños saltaban y bailaban, los adultos reían y bebían, pero faltaba algo, algo de lo que nadie se dio cuenta hasta bien entrada la noche.
- ¿Oye, no creéis que falta algo... no sé alguien que cuente una historia? - Comentó uno de los niños, al fin.
- Tienes razón chico, se nos había pasado por alto ese detalle. Y bien, ¿ alguien tiene alguna historia que contar ?
- Yo tengo una buena historia que merece ser contada, solo si me permitís tomar un poco de ese jhokma que tan buena pinta tiene. - Respondió una silueta entre las sombras.
- ¿¡ Qué !? ¿ Quien eres y de donde has venido caminante ? - Respondió alarmado un joven.
- No soy mas que un humilde viajero que lleva una gran historia a sus espaldas que merece ser contada antes de que lo maten. Y tú, ¿ quien eres?
- Mi nombre es Vanil, pero puedes llamarme Van a secas; y mas te vale que sea cierto lo que dices, aparecer de entre la nada no trae mucha confianza ¿sabes?
- Sí, soy consciente de ello, solo quería que mi entrada en escena fuera un pelín dramática.
Al salir de las sombras, se vio su cuerpo, un cuerpo huesudo y lleno de músculo y cicatrices desde la cara a los brazos, entre las más destacadas se veía claramente una de un corte que se trazaba de sien a sien, pasando por los ojos, unos ojos verde pálidos que parecían sacados de un cuerpo de hadas; que junto con su pelo negro que llegaba hasta los hombros de forma sorprendente lisa creaban una cara insólita . Su sola presencia parecía intimidar a todo el que tuviera cerca. Pero no se debería judgar a un libro por su portada.
- Bueno, me caes bien, puedes sentarte alrededor de la hoguera con nosotros si sigues con ganas de contar esa historia.- En el rostro de Vanil se apreciaba un atisbo de suspicacia-.
- ¡Por supuesto que sí! - Dijo el hombre tomando asiento.
- Bueno señor desconocido, ¿ como se llama usted ? - Preguntó Vanil.
- Yo no tengo nombre, o al menos no uno oficial como los demás, yo no tuve padres que me dieran un nombre.
- ¡ Eso es terrible ! ¿ Cómo pudiste vivir sin nadie a que te cuidara ? - Preguntó una de las niñas.
- Eso y muchas otras cosas es lo que he venido a contar, chiquilla. Razón no te falta, mi vida ha sido terrible pero gracias a todo lo que he pasado he llegado a ser lo que ahora soy, … -lo que nadie sabe que soy, pensó, mirando fijamente al suelo- Si no os importa creo que antes de contaros mi historia creo que me vendría bien dormir un tiempo, llevo viajando muchos días y en todo el viaje es la primera vez que veo a alguien mas o menos hospitalario.
- Pues claro que si, al fin y al cabo es el primero día y la fiesta dura toda una séptima, puedes quedarte el tiempo que desees, tenemos una casa cerca de aquí. Si lo que quieres es descansar cuanto antes eres libre de ir a dormir – Mostró las llaves de la casa en la palma de su mano con una sonrisa dulce, digna de un niño pero rara en un adulto- Venga no te quedes ahí parado, elije, te quedas de parranda o te vas a dormir cual gatito indefenso.
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Luna Creciente
Fantasy¿Que pasaría si en un mundo de guerra en el cual los bajos fondos preparan algo grande mientras los Dioses planean el porvenir de la raza Humana? No se quiere que esto sea una historia corriente, es la historia de un niño, de un hombre, es la histor...