30 de junio de 2012
Los 3 días antes de mi vuelo fueron normales, empacando y revisando lo que ya tenía en mi maleta, pensando que era totalmente indispensable y no podía conseguir en ninguna tienda de Nueva York. El único día que fue particularmente diferente a todos los demás fue el día anterior a mi vuelo, donde mis padres me llevaron a cenar, la que sería nuestra ultima cena que tendríamos juntos en mucho tiempo. Así que como era de esperarse me dieron el discurso de “te queremos mucho, pórtate bien, no le causes problemas a tu primo, ect.”. Siempre que iba a salir de mi casa era el mismo discurso de siempre, pero esta vez se sentía diferente, como si estuvieran resignados a que no regresaría en un tiempo. Yo aún no podía creer que mis padres me iban a dejar libre tan fácil. No me sentía asustada, solo un poco sorprendida y abrumada por el hecho de que ya no estarían ahí, porque ahora tenía que empezar a pensar en cómo resolver las cosas por mí misma.
Mi vuelo fue el día 25 de junio y fue una toda una experiencia, para empezar mi mamá comenzó a llorar cuando me dejó en la última zona en que seguridad la dejo pasar y era la primer vez que iba a viajar completamente sola, pero para ser honesta mis padres estaban más nerviosos y asustados que yo. Se suponía que mi vuelo era directo, pero hicimos escala en alguna ciudad de Texas, que la verdad no recuerdo cual era. Lo cual hizo que el vuelo se retrasara mucho más de lo esperado, y Nico estuvo esperándome por 2 horas o más de lo que se supone que debía. Cuando llegué a la sala de espera Nico estaba totalmente dormido y no podía culparlo, eran las 12:30 a.m., yo sé que es relativamente temprano, pero no lo es tanto cuando tiene que conducir 1 hora para llegar a casa y levantarse a las 7:00 a.m. para trabajar. Me sentí mal al momento de despertarlo, pero no podía dejar que se hiciera más tarde tanto para él como para mí, había sido un viaje muy cansado y lo único que quería hacer era irme a dormir. Afortunadamente no había tránsito, porque Nico prefirió tomar un taxi. Cuando llegamos a su apartamento no tuve ni un momento para observarlo, solo me indicó cual iba a ser mi cuarto. Estaba tan cansada que no estoy segura de cómo me puse la pijama y llegué a mi cama.
A la mañana siguiente, cuando baje, Nico ya se había ido al trabajo; eran las 10 a.m.. Nico se esforzaba bastante en que la casa se viera bien, no podía ver ni una sola mancha y la sala estaba de lo más ordenado posible conociendo a mi primo, después me dirigí a la cocina, tenía mucha hambre porque la noche anterior no había cenado, de hecho no había comido nada desde el desayuno de el día anterior. En la barra de la cocina había una nota donde me decía que había café listo y baggels en una de las alacenas, también me decía que a las 6:00 regresaba del trabajo (aunque usualmente no iba en sábado, pero dejo pendientes de ayer por el retraso del vuelo) y que estuviera lista porque saldríamos a cenar. Después de haberla leído la puse en la mesa mientras comenzaba a buscar los baggels o las tazas o platos, lo que encontrara primero era ganancia. Primero encontré las tazas y los platos, serví un poco de café y lo saboree, creo que así es como se siente estar en el cielo. Después cuando encontré los baggels y empezé a comer, sonó el teléfono, era Nico:
- Hola, ¿Cómo amaneció la Bella Durmiente?, espero que no haya tenido que ir ningún príncipe a despertarte….
- No estuve ni cerca de eso.- reí
- Bueno, eso espero. – Dijo serio – ¿Pudiste encontrar la comida o estas muriendo de hambre?
- Los encontré después de una búsqueda exhaustiva. Definitivamente necesito un tour por la casa y sobre todo por los anaqueles de la cocina.
- Eso será cuando llegue, - conestó – por cierto, ¿te gustó tu cuarto?
- La verdad es que no lo he visto, baje directo a la cocina.
- Mmm… está bien, te dejo para que termines de desayunar, también puedes comenzar por desempacar y te arreglas para la noche. Si se te ofrece cualquier cosa, solo marcas este número.
- Perfecto y muchas gracias, te veo en la noche, adiós.- dije mientras colgaba.
Después de un rato terminé de desayunar y recogí la mesa, deje de tratarlo lo más parecida a lo que estaba y después me tomé mi medicamento del TOC, lo habría hecho antes pero no puedo tomarlo con el estomago vacío. Después de eso subí a mi cuarto y lo observé, Nico había hecho un trabajo espectacular (se notaba que era increíblemente bueno en lo que hacía); anoche estaba tan cansada que no recuerdo ni la cama en la que dormí. Pero ahora podía verlo, a la luz del día, era increíble. El tamaño no era espectacularmente grande, más bien era mediano, muy bien proporcionado; las paredes eran de ladrillos y en una de ellas había un librero de madera; la cama, que era matrimonial, estaba en medio y de frente a la puerta; del otro lado de la habitación estaba el closet, que era de 2 puertas y bastante amplio; y finalmente frente a la cama había una televisión y al lado de esta había un escritorio y su silla, perfecto para hacer las tareas. Podría pasarme describiendo el cuarto todo el día, pero las palabras no me alcanzarían para indicar lo mucho que me gustó y las técnicas de decoración empleadas.
Lo primero que hice, después de arreglar la cama, fue sacar mi computadora para ponerla sobre el escritorio que había al lado de la televisión, y después la encendí para escuchar música, siento que trabajo mucho más rápido y con más ganas cuando hay música. Luego miré las maletas, no sabía por dónde empezar, la verdad es que tampoco estaba segura de cómo las 3 maletas llegaron hasta mi cuarto; entonces decidí que mejor primero me daba una ducha. Como no sabía cómo encontrar mi ropa solo deje caer sobre la cama lo que había en cada maleta. Tampoco sé como hice que cupiera casi todo mi guardarropa en 3 maletas. Tomé lo primero que encontré, que fueron unos jeans y un suéter holgado. Cuando había terminado de arreglarme eran casi las 3 de la tarde, y bajé para tomar un snack porque aún faltaba bastante para las 6 que llegara Nico. Al terminar de comer regresé a mi habitación y lo primero que guardé en el armario fue mi ropa interior, porque qué vergüenza que llegara Nico y estuviera regada por todos lados.
Así fue como avanzó el resto de mi tarde, canción tras canción, gancho tras gancho; como era de esperarse me di cuenta a la mala de que no había sido buena idea eso de haber vaciado las maletas en la cama, no iba ni cerca de estar en la mitad cuando eran las 6. Se me pasó el tiempo tan rápido que ni siquiera noté cuando Nico llegó a la casa, solo me di cuenta de que estaba en la casa porque tocó la puerta y me preguntó si me había gustado el cuarto. Lo abracé y le di las gracias, porque en verdad lo había amado, después me dijo que le diera 5 minutos para bañarse (que obviamente se convirtieron en 30) y nos podíamos ir a cenar a un restaurante de comida tailandesa cuando estaba a unas cuantas cuadras (Note to self: Las cuadras neoyorkinas y las cuadras mexicanas no son para nada lo mismo, son como el triple de extensas).
Fue una cena agradable, y nunca había probado la comida tailandesa; aún así me gustó, sabía bastante bien. Ya que llegamos, Nico me entregó un celular para poder estar comunicados y una copia de las llaves del departamento, para que pudiera entrar y salir sin ningún problema y no tener que depender de si él estaba en casa o no. Cuando llegamos a la casa de nuevo, después de que me diera un recorrido por los anaqueles y puertas para saber dónde podía encontrar cada cosa que pudiera necesitar, seguí desempacando y no estoy segura de cómo lo logré pero terminé la tarea que parecía casi imposible. Así es que ya no tengo nada en que entretenerme mañana, así que creo que saldré a rentar algunos dvds y comprar libros, ahora que tengo tiempo porque todos los comentarios que he escuchado de la universidad en EUA es que te quitan demasiado tiempo y es difícil. Así es que mañana investigaré de cómo tomar el subterráneo y a dónde puedo ir a encontrar esas cosas.
Espero que mañana sea un día interesante.