R E A L

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VALERIO POV:

Esa noche estábamos en la terraza observando el cielo lleno de estrellas, envueltos en una manta gigante, mis brazos la sostuvieron con fuerza.

Me negué a cerrar los ojos, temiendo que ella se escapara de mis brazos si me dormía. Su espalda estaba presionada contra mi cuerpo, su cabello me hacía cosquillas en la cara, su olor, su fragancia llegaba a enloquecer cada parte de mi, hasta se quedaba en el aire. Era tan poderoso que estaba borracho y todavía quería  más. Lucrecia olía maravilloso y distinto, olía a un dulce pero seductivo aroma a flores, no pude llegar a describir lo que esa fragancia me hizo.

Su respiración estaba tan lenta y constantemente, mi cuerpo la acercaba, no me contuve y comencé a sostener sus  manos sobre la almohada, su cabeza descansaba en mi hombro, su rostro sereno y calmado mientras dormía verla en ese estado me daba paz. Luego un silencio sereno, cierro mis ojos pero mis pensamientos aún siguen muy activos, permitiendo que mis otros sentidos se eleven, en lo único que me comencé a concentrar fue en la respiración de Lucrecia y los lentos latidos de mi corazón que cada vez se agitaban más. Sentí que éramos las únicas personas en el mundo, un mundo que se estaba alejando cada vez más como si entráramos a otra dimensión.

"El tenerte aquí junto a mi. Con esto me siento completo". Digo suavemente mientras tomo su mano entrelazándola con la mía, "No quiero dejar de sentirte, aún no lo vez cuando estás a mi lado mi mundo se detiene. No quiero perderte nunca". Casi suena como un ruego pero esta vez quiero mostrarle mis miedos más profundos.

"Hay hermanito creo que estás drogado", se burla de mí, provocando una risa silenciosa que se escapa de mi boca;  me quedó observando lo irónica que puede llegar a ser cuando quiere suprimir sus sentimientos.

Nos quedamos perdidos en nuestras miradas y todo se detiene no se por cuanto tiempo hasta que ella decide romper el silencio.

"¿Estás bien?" Tomo su cabello lo muevo hacia un lado hasta que mis labios llegan a su cuello siente el calor de mi respiración a través de su piel, "Pensé que luego del otro día jamás te tendría en mis brazos que aún estarías enfadada conmigo".

"Y lo estoy" Dice algo molesta, con su mirada directamente mirando la noche. Ella se queda en silencio por un largo tiempo y luego trata de huir nuevamente de todo esto, yo la sostengo y ella se gira rápidamente y me fulmina con la mirada creo que no fue una buena idea, " Déjame, Valerio y no me toques".

Intento hablar pero las palabras simplemente no me salen, solo cierro los ojos muy fuerte pues puedo imaginarme lo que pasará. No quiero dejarla ir estoy en espera de que su cuerpo se escape.

Entre abro mis ojos  con sorpresa cuando se da la vuelta para que estemos frente a frente, siento cuando roza una pierna por la mía y automática se me erizó toda la piel. Lucrecia presiona su cuerpo contra el mío, sus pesados ​​pechos contra mi, los ojos medio cerrados cuando apoya la cabeza en mi bíceps. Ella me contempla lo puedo ver en su mirada, sus hermosos ojos marrones suaves y brillantes, Parece un Ángel, eran simplemente fascinantes.

Hago una mueca y ambos carcajeamos así es nuestra conexión.

"Estaré aquí toda la noche a tu lado ahora necesito que descanses, ya vete a dormir". dice antes de darme la espalda y rozar sus glúteos contra mi cuerpo.

"¡Eso no ayuda, solo voy a querer pasar mis manos sobre tu... !" Sonrió al mirarla completa y ella se entre ríe pero luego intenta voltearse para que no me percate y me saco una carcajada se que le gusta.

No puedo dejar de mirarla y pasar mis dedos sobre cada curva de su cuerpo. Ella simplemente me hipnotiza.

"¡Te acusare de hostigamiento!" murmura, y suavemente se voltea para mirarme fijo.

A M O R    P R O H I B I D ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora