Drugs |Euphoria.

Uno

Una tarde como cualquier otra para una adolescente como ella, había dormido toda la mañana y parte de la tarde pues noto como el sol estaba más bajo que de costumbre, con un chasquido de lengua se acercó a oler que ropa aún estaba limpia para así tomar una ducha y bajar por algo de comida. Su largo y dorado cabello ahora estaba atado en un intento de trenza que se había hecho dejando al final las puntas moradas que se había hecho.

—¿Dormiste bien?—Preguntó su padre quien estaba en el mueble de la sala leyendo algo.

—Eso creo...—Murmuró mientras sacaba algo de leche y cereal.—¿Donde está Jules?

—Acabo de llegar.—Anunció la menor de las hermanas pues Delilah era un año mayor que ella.—Lilah, ¿Vienes hoy conmigo?

—Estoy...—Fingió una arcada a lo cual Jules la regañó.

—Se que no estás enferma.—Se cruzó de brazos.

Desde que llegaron ella había fingido tener fiebre y tos para que no la obligaran a salir, no sabía convivir con nadie más que con ella misma (Y su hermana, claro)

—De acuerdo, iré.—Bufó mientras se acercaba al comedor dispuesta a devorar el tazón de cereal.

Luego de comer, Jules y Delilah tomaron sus bicicletas para así llegar más rápido a una fiesta a la que una amiga de la menor las había invitado, en el camino tuvieron una pequeña conversación acerca de la nueva "conquista" de la rubia con puntas rosadas.

—¿No te da miedo?—Cuestionó curiosa.

—¿Por qué debería tener miedo?—Se burló.

—Pues... No estaría muy segura de tirarme a alguien que se hace llamar, "DominantDaddy"

—Yo estoy segura así que tendrás que ir a la fiesta sin mi, tan solo una hora.

—¿Tan poca fe le tienes a DominantDaddy?—Ahora fue ella quien se burló

Las hermanas se separaron, una fue a un motel donde la estaban esperando y la otra a la fiesta a la que fue obligada en asistir, al estar en el lugar escuchó la música e instantáneamente se desanimó.

—Al carajo.—Murmuró antes de dar media vuelta para irse pero al instante alguien chocó con ella.

—Wow.—Se burló la chica con la que había tropezado.

—Lo siento.—Aclaró su garganta.

—Soy Rue.—Se presentó.

—Delilah.

—Entonces Lilah, ven conmigo.—La sujetó de la muñeca obligándola a entrar.—Debes ser nueva en el pueblo, ¿No?

—Si, me mude hace poco con mi hermana.—Decidió seguirla hasta los muebles donde se sentaron mirando a todos.

—Lo supuse.—Murmuró.

—Está es la fiesta más aburrida en la que he estado.—Comenzó a rebuscar algo entre su chaqueta.—¿Quieres?

Rue observo la pequeña bolsa con un polvo blanco dentro de ella, al instante le mostró una sonrisa.