Capítulo Único

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Parecía muy de película, pero se encontraba nadando con la gracia y elegancia de una sirena en la gran alberca de su rico y empresario novio; el sol estaba en su punto más alto, por lo que decidió salir a tomar un aperitivo. Realizando dicha acción, se encamino al lugar donde Inuyasha la observa sentado, con sus lentes de sol mientras fumaba un puro, la veía contonear sensualmente las caderas, apreciando el lento caer de las gotas de agua que se deslizaban por su cuerpo.

Exprimió un poco su cabello azabache, para sacar el exceso de agua, una vez que llego al lugar donde el pelinegro reposaba, tomo el batín negro semitransparente. Inuyasha dejo salir el humo del tabaco, sin ningún tipo de expresión facial, Kagome se sentó en una de las sillas mientras el mayordomo de la casa dejaba unos vasos con jugo de naranja. Ella tomo uno y le dio un profundo trago.

—Mi amor ¿Y qué pensaste sobre la fiesta?— pregunto, luego de dejar el vaso en la mesa.

—Tu solo escoge el día, que yo me encargo del resto.— respondió con total indiferencia, rozando su mano con la femenina. Kagome sonrió internamente, alejando su extremidad de la de su novio.

Hizo un gesto como si lo pensara detenidamente, para luego decir:

—Y esta noche, ¿Te parece?— cuestiono, evitando parecer ansiosa.

Él lo medito, mientras quitaba la colilla del tabaco en el cenicero y lo dejaba en el mismo. La miro detenidamente, para luego darle una sonrisa significativa a la par que se levantaba de su asiento.

Kagome tomo su teléfono aprovechando que su pareja se había retirado y empezó a textear. Envió el mensaje con una sonrisa traviesa, y de solo pensar en la sorpresa que tenía, ¡Jum! No pudo evitar el morderse el labio ante la expectativa.

En algún otro lugar, en mitad del océano, dicho mensaje le llego a un peliplateado quien se encontraba en su yate de lujo junto con su amigo y camarada Miroku, ambos compartían unas cuantas copas al lado de algunas mujeres, bastante sexys, pero él...

Él solo tenía ojos para cierta azabache de ojos chocolates, abrió la bandeja de mensajes viendo el que su chica le había mandado. «Yo ya cumplí con mi parte, ahora ejecuta tú parte XO»

Sonrió ladinamente, enviando una respuesta bastante acalorada; el único pero en su "relación" era que ella aun no se atrevía a decirle a Inuyasha que desde hacía bastante tiempo que ella ya no le pertenecía, si no que era de él.

A que no te atreves a bailar conmigo

Y decirle a el que somos más que amigos...

Tú y yo...

—¿Listo lo que te dije, Miroku?— pregunto el peliplateado a su amigo de la coleta.

El mencionado estaba muy entretenido, por lo que solo dio el pulgar arriba en señal positiva.

Sesshomaru salió a la cubierta, saludando a dos féminas que se encontraban tomando el sol; se recostó en la baranda para seguir mensajeando con su azabache. Minutos después Miroku salió a su encuentro llevando en mano una copa llena de brandy. El de la coleta le dio la mano a una de las mujeres, luego se acerco al ojidorado para proceder a chocar las manos y seguir con los planes de esa noche que seguramente sería alocada y salvaje.

A que no te atreves, írtele de frente

Y decirle a él que tú me perteneces...

Que tú eres mía...

Tú y yo, bailando hacemos el amor con ropa...

A que no te atrevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora