Hela Roussel, una persona elegante y sofisticada. Siempre portaba en su rostro una expresión frívola y de superioridad. Aparentaba unos veinte años. Sus labios rojos y curvados, culpables de enamorar hasta llevar a la locura a todo tipo de personas, solían conjuntar con sus ropajes oscuros.
Facciones bien marcadas, piel blanca como la nieve. Se podía decir que su cuerpo había estado medido milímetro a milímetro, desde sus menudos y fríos pies hasta su grisáceo cabello.
La gente decía que sus negros ojos eran el reflejo de su alma, podrida, al igual que su actitud.
Hela siempre era tema de conversación en todas las familias de Golfield, ya podía ser por su asombrosa belleza o su horrible personalidad.
Pero a Hela no le disgustaba que hablaran de ella, al contrario, lo adoraba. Eso aumentaba su ego y su actitud prepotente le hacía crear más polémica para que siguieran hablando de ella.
En definitiva, Hela Roussel era la maldad personificada. Una persona sin corazón con un destino peor que la muerte.
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Mente en blanco
Kurzgeschichten¿Sabes esa sensación de estar en clase mientras no haces nada y querer desaparecer? pues eso es lo que me pasaba a mí hasta que un día encontré la solución. Mi escapatoria era escribir. Un día decidí escribirlos y compartir mis escritos con la gente...