Entro a mi salón de clase y lo primero que me encuentro es a la mayoría de mis compañeros desperdigados por el aula. Algunos discuten, otros hablan animadamente, algunos ríen a carcajadas, se cuentan anécdotas o se piden las tareas. Y por supuesto nunca faltan los que arrojan cosas de una punta a otra, como si estuviéramos en el maldito jardín de niños.
Los ignoro a todos y me dirijo a mi escritorio, que esta justo en medio del salón.
Nadie me dirige dos miradas. Nadie me saluda. Bien
Dejo mi mochila en el suelo y tomo asiento en mi lugar.
El profesor todavía no ha llegado, pero se que no tardara en hacerlo.
La música de mis auriculares resuena a todo volumen, evitando que mi chismosa interior se entere de nada.
Después de dos minutos; Mi curiosidad gana así que bajo el volumen lo suficiente como para escuchar indicios de algunas conversaciones.
No me entero de nada importante, solo que dos chicas están en plena disputa porque la otra no le devolvió una prenda de ropa que le había prestado.
Aburrido.
¿Dónde esta el drama cuando uno lo necesita?
A mi izquierda hay un grupito hablando sobre una fiesta que se va a hacer uno de estos dias.
Dejo de prestar atencion inmediatamente. Las fiestas no son lo mio.
Unas risas burlonas llaman mi atención.
Al fondo del aula, un grupo de personas se formó alrededor de unas mesas.
Un chico entre ellos me llama la atención, es alto, del tipo atlético y su cabello es oscuro: Bernardo, el autoproclamado rey de los cretinos.
Créanme; si la idiotez se premiara el muy idiota se robaría el premio.
Lo acompaña su sequito de idiotas integrales, quienes en este momento se ríen escandalosamente. Al principio no entiendo a que viene tanta risa, pero enseguida me doy cuenta de lo que sucede.
Los muy...
Felipe.
Un chico alto, de piel pálida y ojos marrones que hacen juego con su cabello del mismo color.
Probablemente es uno de los pocos chicos que tolero en esta escuela.
Es muy amable, nunca se mete con nadie aunque, eso no quita que se metan con èl.
El chico es muy inteligente pero eso no lo ayuda a la hora de defenderse de idiotas como Bernardo Méndez.
No sabe defenderse.
O no le interesa hacerlo.
Es raro. La situación, no él.
Mientras esos buenos para nada lo molestan, él solo esta ahí. No dice ni hace nada.
Su expresión inescrutable no me hace fácil saber que le pasa por la cabeza.
¿A dónde te fuiste, Felipe?
—¡Vamos Felipe, amigo!—ironiza Bernardo—sabes que no lo decimos en serio. Quita esa cara seria.
—Eso Feli, tu hermana hace muy bien su trabajo. Estoy seguro que muchos dirían que es excepcional— exclama uno de los idiotas provocando mas risas de los demas.
Patético.
Me parece ver que Felipe crispa los puños como si se contuviera. Lo miro fijamente, esperando algo.
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Es mejor ser villana (Borrador)
Fantasy-No importa lo que hagas, para las personas incorrectas siempre serás la mala del cuento- asevera-Pero para las personas que de verdad te ven, para las que importan... -¿Qué?-la interrumpo- seré la estúpida heroína que siempre hace lo correcto, y nu...