Jazz | katsudeku

mon cher amour

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8 de abril de 1960

Llegó a su hogar devastado, esto no podía ser posible, era una pesadilla, deseaba con todas sus fuerzas despertar y así poder ver a su persona favorita a un lado de él durmiendo plácidamente, pero no era así, eso no iba a pasar ni volvería a pasar jamás. Acababa de perder al amor de su vida y le era asfixiante admitirlo.
Katsuki era un mar de lágrimas en este momento, miraba a un punto fijo sin saber que hacer, solo las gotas saladas bajaban por su rostro y su corazón juraba salirse de su pecho y partirse en mil pedazos. Tenía que admitirlo, debía admitirlo, pero dolía mucho.

Encendió la radio para talvez lograr despejarse un poco, pero fue todo lo contrario, escucho la canción, su canción, esa que solo pudo recordarle momentos hermosos con Izuku, recordar charlas sobre el futuro en donde este no tenía sentido si no se tenían el uno al otro, los bailes en medio del salón, la hermosa sonrisa que jamás podrá salir de su mente, él sabe que llorará hasta secarse, así que se dedicó a darte el último adiós como mejor lo sabía hacer, escribiendo sus sentimientos en un pedazo de papel, desahogandose en el, esperando que talvez, en otra vida, su amor pueda leerlo.

Querido Deku.

La canción de Jazz en la radio me hace recordarte, recordar cuando estábamos juntos, cuando bailábamos en la habitación, cuando nos dábamos esos pequeños besos con un poco de vergüenza, cuando éramos felices,
fuiste la mejor persona que conocí,
la única que me hizo sentir vivo de verdad.
No dejo ni un minuto de pensar en ti, no dejo de pensar en ya no poder abrazarte, el ya no sentir tu cuerpo contra el mío, tu ausencia me hiere demasiado y solo han pasado unas cuantas horas desde que me informaron que partiste de este mundo, no sé si voy a poder aguantar la agonía de no tenerte más a mi lado.
Teníamos una historia increíble, una vida juntos por delante, me enseñaste tantas cosas, me demostraste que las almas gemelas existen, porque tú y yo nos encontramos y me desmostraste que existe el amor verdadero, y probablemente te faltaron muchas otras cosas más, te arrebataron de mi como si fueras nada.
Esa canción me hará recordar momentos que nunca voy a olvidar por más que quiera hacerlo, dejaste una huella enorme en mí y en todo mi alrededor.

Jamás podré olvidarte.

con amor, Kacchan.

Firmó con dolor la triste carta y unas pequeñas gotas cargadas de amargura cayeron en ella. Dejó la hoja y pluma en la mesa mientras tapaba su cara y lloraba desconsolado, mañana sería un doloroso día, un dolor que lo perseguirá por toda su vida. Lloró hasta quedar dormido, soñando con el amor de su vida todavía junto a él.

La luz pasaba por las ventanas descubiertas del comedor, dando justo en si cara, despertó con su cara hinchada y un dolor de cabeza un tanto intenso, mirando en dirección al reloj de pared reviso la hora, era temprano, justo a tiempo para poder ponerse decente e ir al funeral de su fallecida pareja, levantándose sin ganas de la silla se dirigió a su baño, lavo su cara y dientes mirándose fijamente al espejo, se miraba demacrado y tan roto, sus ojos ya no tenían la misma luz, luz que su pareja tanto amaba admirar.

Cubriendo sus necesidades básicas, cambio sus ropajes, regresó al comedor y tomó una rosa del florero favorito de su amado, enrolló el pedazo de papel con sus sentimientos escritos en esta para así, con la rosa en mano, salir en dirección al cementerio del pueblo.

Llegando, solo pudo abrazar a la madre de su amor y soltarse a llorar sin descanso alguno de nuevo, le era sorprendente el como vida cambió de un día a otro, hace unos días bailaba y reía junto a Izuku, hoy lloraba junto a sus padres a un lado del ataúd de su amado.

Antes de la sepultura, dejó la rosa con la carta enrollada en las manos de Izuku, para después cerrar completamente el sarcófago en donde el peliverde se encontraba. Llorando, miró como poco a poco su persona favorita era puesta metros bajo tierra, y también, como poco a poco, su vida se iba con esta.

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Disculpa si hay algún error, por favor, avisarme si encuentran alguno.

¡Gracias por leer!

by
camila