;15233 palabras
;homofobia (ningún personaje directo)
;soft
Mientras el maestro hablaba Jeno solo ansiaba que los minutos terminaran de pasar y fuera el momento del almuerzo. Moria de hambre porque no había terminado su cereal en la mañana y su mamá le había preparado unas tostadas repletas de queso, el olor lo había tenido deseando darle un mordisco desde la primera hora en la mañana pero lamentablemente su madre le gritó que iba tarde así que tuvo que dejar su tazón de cereales y las ricas tostadas para el almuerzo del colegio y correr a su auto.
Solo esperaba que su mamá no haya decidido hacerse la graciosa y ponerle ajo al pan.Soltó un suspiro y continuó tomando apuntes de forma automática sin prestar real atención, cuando dieron las diez mordió su labio inferior mirando del gran reloj encima de la pizarra y a su maestro consecutivamente, esperaba que el tampoco se hiciera el gracioso y continuara dando clases aún cuando la campana sonara. Para su suerte el maestro solo les robo aproximadamente un minuto y luego todos los estudiantes salieron prácticamente corriendo, el mayor negó cuando todos por fin salieron, probablemente pensando que eran como bestias, Jeno no pudo evitar soltar una risita mientras buscaba su almuerzo dentro de su mochila—hacía años había dejado de usar lonchera, le daba vergüenza, aunque a su mamá le parecía lindo aún pero ella era la única que pensaba eso en su casa—soltó un suspiro y abrió su bolsa, una sonrisa que no llegó a sus ojos se asomó en sus labios, definitivamente, ella le había puesto ajo.
Por suerte, Jeno siempre andaba con su equipo de limpieza bucal, fue una costumbre que se le quedó luego de usar frenillos en la escuela primaria y ahora siempre andaba con su equipo para todos lados. Dio el primer bocado sin pensar mucho en el ajo y tarareó a gusto, sacando su leche de banana la colocó a un lado antes de decidir buscar su celular y escuchar un poco de música, sin embargo, se vio interrumpido por alguien totalmente inesperado. Bueno, cualquier persona acercándose a él sería inesperado pero, era él.
Jeno no es dramático, pero el vio como si toda la luz del sol que se filtraba por la ventana ahora alumbraba al vicepresidente del consejo estudiantil mientras este le sonreía, honestamente—y no miente—tuvo que entrecerrar sus ojos para mirarlo y cuando el drama dejó de reinar en su cabeza sus manos empezaron a sudar porque, ¿Qué hacía el vicepresidente sentado a su lado cuando era la hora del almuerzo?-Jeno...
No era sorprendente que Renjun supiera su nombre, él solía aprenderse los nombres de todos sus compañeros porque era una de sus muchas estrategias para ganar en las campañas presidenciales, sin embargo, aún seguía perdiendo contra Mark Lee y siempre se volvía el vicepresidente. Además de eso Renjun también era una de las pocas personas amables con Jeno, siempre lo saludaba en los pasillos y le ofrecía sonrisas sinceras cuando Jeno se paraba en frente de la clase a hacer lo que sea.