Quizá mañana sea amor.

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Primero él la enseñó. Despues ella le enseñó a él. Era como una carrera en la que el testigo pasaba de una mano a otra. Al fin lo cogieron juntos y echaron a correr.

-Di que me amas -ordenó él.

-Te amo.

-Di «soy tuya».

-Soy mía -dijo ella, sonriendo.

-Di que harías cualquier cosa por mí.

-Haría casi cualquier cosa por ti.

Quizá mañana sea amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora