Un eco resonaba en mi perdida atención... tenía una especie de sensación de un déjà vu, sin serlo directamente...
Me hallaba viendo a mi abuela llenando información de mi inscripción para la escuela, quizá, en el fondo ella quería decir la frase de la película de Shrek: "Traigo un burro que habla". No estaba prestando la suficiente atención, por lo que mi única preocupación se basaba en contestar "sí" a lo que sea que me llegaran a preguntar. No estoy preparada si llegan a hacer preguntas abiertas.
Para cuando terminaron los demás trámites, mi abuela y el director (o quién sea quien estuviera frente a ella) se levantaron en coordinación. Mi reacción fue hacer lo mismo, pero con tres segundos de retardo... "un bajón de freins", dirían por ahí. Entonces ellos estrecharon sus manos, yo sin comprender con precisión lo que pasaba me retiré un par de pasos hacia atrás, sin tener muy claro el motivo de ello. El docente me miró extrañado. "¿De qué habrá tratado la conversación?" me pregunté al percatarme de su reacción.
Llegó concluida la inscripción, íbamos de vuelta a casita, y justo antes de salir de la oficina me tropecé con mi otro pie, sólo perdiendo el equilibrio y aferrándome al brazo derecho de mi abuela, ella quizá, estaba acostumbrada.
- Ya van dos, la de las escaleras y ésta. No rompas tu récord, ¿quieres? - Me dijo tranquila y regañándome.
- ¿De cuánto es mi récord? - Pregunté poniendo mi dignidad en juego.
- De las que tengo contadas: siete; en el mismo día. Pero, ¿quién sabe? No te vigilo todo el día.
Me quedé en silencio, esa era mi mejor carta.
Llegamos a la casa, mi abuelo estaba sentado en el sillón viendo las noticias. El asesinato de una familia conocida en Westgate, estaban desaparecidos, pero la fama es de mucho ruido. Entonces se concluyó que habían muerto. No puse mucha atención a aquella noticia. Pues se me hacía algo bastante... no sé ni como decirlo. Sólo sé que no me gusta y que probablemente soy demasiado sensible a ese tipo de información. Así que pasé directo a mi cuarto sin decir demasiado.
Respecto al tema de la escuela: tenía que ir a partir de mañana, tenía dos semanas para conseguir los uniformes que, bueno, no debo preocuparme mucho de todo eso. Creo que solo me corresponde mantener lo que le queda a mi paciencia. Lo único que tenía que hacer era poner varias libretas de materias al azar y probar suerte, esperando a ver si tienen relación con las que vería. Comencé por tirar a la basura el proyecto que mencioné ayer. Por una parte estaba triste porque había pasado una noche haciéndolo, y por otra parte sentí satisfacción, como un acto de rebeldía. Lo importante es que ya no sirve para nada.
El día marchó lento. Nos pusimos a ordenar las cosas y darle forma a la casa. Bueno, mi abuelo no mucho, "le duele la rodilla"… es muy cansado. Descubrí tres cosas interesantes: la primera es que hay un sótano, lugar digno para que algo sacado de una película de terror de mala calidad me asesine. Segundo es que hay un baño bajo las escaleras, como la habitación de Harry Potter. Tercero: hay un ático, el lugar perfecto para guardar años de historia de una casa… o las decoraciones de navidad y halloween… es lo mismo.
Claro que tenía curiosidad de saber que había en todos estos lugares (excepto el baño… solo había eso, un baño). Comencé por el ático. En el techo había una pequeña ranura que dejaba colgar una especie de correa. No la alcanzaba, tenía que saltar para el menos rozar esa correa. Entonces le pedí ayuda a mi abuelo, quién solo dijo: "dile a tu abuela". Obviamente no estaba interesado. Y mi abuela, ay… tengo la seguridad nerviosa de que no me dejará siquiera preguntar sobre ese lugar. Así que fui por una silla.
Resulta mucho menos sospechoso verme llevar una silla al piso de arriba, antes a que pregunte algo.
Entonces abrí la "escotilla" que desplegaba una escalera. A primera vista, entraba luz de una de las ventanas. La luz era opaca. Dejaba ver un piano acústico bastante viejo.
Por lo que decidí entrar sin mucho miedo, lo primero que hice fue ir al piano… desde muy pequeña sé tocarlo. Aunque no lo hago mucho, no me gusta tanto. En el banco del piano había una caja de cartón vieja.
Dentro había un marco para fotos que estaba boca abajo, lo saqué con especial cuidado y miré la fotografía, era una familia, dos niños y dos adultos. No le dí mucha importancia (sin mencionar que estaba algo roto el vidrio y sucio), bajo la foto había una prenda color verde, la saqué de igual manera que con la foto y la desdoblé para poder apreciarla con detenimiento. Era una sudadera de cierre color verde, pero el gorro, el borde de las mangas, la tela del cierre (junto al cierre, claro) y las dos "cuerditas" para ajustar el gorro eran color negro.
Noté que en la pata izquierda más cercana al banco del piano, había una calcomanía de "Hello Kitty" pegada, arrugada y algo descolorida. Fue el peso de los años.
Me acerqué el piano, notando la áspera y seca capa de polvo en la que fue envuelta. La tapa de las teclas estaba abierta, entonces entoné una breve melodía "Lam, SolM, FaM, Mi". Y lo dejé.
- ¿Qué haces? - La voz de mi abuela se delató a mis espaldas.
- Veo cosas. - Contesté con sinceridad, noté la capa de polvo que tenía la ventana que opacaba la luz.
- ¿Pediste permiso para tomar esa caja del ático? - Preguntó tranquila y sin señalar directamente.
- No... - Nuevamente fui sincera. La miré ella solo asomaba la cabeza.
- ¿Por qué entraste? - Preguntó con algo de preocupación.
- Tenía curiosidad... - La miré a los ojos, su mirada expresaba como preocupación, como cuando cometes un error y estás de alguna manera nervioso. - ¿Todo bien?
- Sí. No pasa nada. Puedes abrir todas las cajas que quieras... excepto las de madera... si encuentras una forma. - Dijo mientras se iba. Sentía que aquí había algún secreto. Solo despertó mi curiosidad.
Bajé con la caja y dejé la sudadera en mi cama. Seguí viendo lo que había dentro de la caja, aunque el resto era muy poco interesante. Eran juegos de cartas, una llave rota, y un par de calcetines viejos. Aunque, ¿cómo alguien rompió una llave?
Hay muchas historias de aquí que no conozco… realmente no sé ninguna. Es decir, ese piano tuvo contacto con algún imprudente que le pegó esa calcomanía. Aún así es curioso, ¿por qué hay un piano? ¿Cómo lo subieron? ¿por qué lo subieron? no sé… y también las cosas de la caja. ¿Qué hacen aquí? ¿y por qué?
También, por algún motivo me parece muy familiar.
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Rose Petals
Non-FictionLa vida de alguien seleccionado aleatoriamente en el semi continente ficticio llamado "Westgate"