Counted all my mistakes and there’s only one, standing out of the list of the things I’ve done...
Gruní, con la cabeza aun oculta bajo la almohada, esperando a que el sonido cesara.
So I built you a house from a broken home, and I wrote you a song with the words you spoke…
Busqué a ciegas mi teléfono a lo largo de toda la superficie de mi mesilla, hasta que di con él.
– ¿Mmmh? – Murmuré cuando pulsé el botón ‘Contestar’ sin mirar siquiera la pantalla del aparato.
– Leah, ¿estás aún dormida? – Dijo, faltándole el aliento. – Jesús, Leah. ¡Pensaba que me ibas a matar por llegar tarde!
– Peter, no grites. – Me quejé, cubriendo mis ojos con mi mano. – ¿Qué hora es, de todos modos?
– Son las 9:30 y estoy llegando a la puerta de tu casa. Así que ya puedes estar levantando ese culo de la cama.
– Sí, señor gruñón. – Añadí finalmente, cortando la llamada.
Levántate. Me susurraba en mi mente la que juraría que era la voz de Peter. Me senté en la cama, mirando a la nada. Bien, ahora sal fuera de la cama. Saqué un pie, y busqué con él alguna de mis zapatillas en el suelo, sintiendo un escalofrío la primera vez que el mismo hizo contacto con el suelo. El otro pie también, Leah. Susurró nuevamente la voz cuando mi pie estaba abrigado con el pelo del interior de la zapatilla de andar por casa.
– Mierda. – Maldije, cuando me di cuenta que era la del otro pie.
Pude finalmente ponerme ambas y levantarme del cómodo colchón. Lo miré por unos segundos, anhelando entrar entre las sábanas de nuevo, mas no podía. No cuando tenía que pasar el día echando currículos.
Al abrir el armario, dos o tres prendas cayeron al suelo, consecuencia del desastre que había en el interior del mismo. Esta noche lo ordeno, me prometí a mí misma, sacando un suéter de lana marrón, un par de skinny jeans oscuros y una camiseta blanca cualquiera, que abrigara mi cuerpo bajo el suéter. Acompañé el conjunto con unos botines marrones de escaso tacón y me dirigí al baño. Cuando me estaba lavando la cara, ya con el pelo desenredado, escuché cómo mi padre abría la puerta de casa y tenía una escasa conversación con Peter. Le indicó que yo aún no había salido del dormitorio y la puerta del mismo se abrió cuando estaba terminando de aplicar el rímel a mis pestañas.
– ¿Aún no estás lista? – Gimió al entrar al baño.
– Estoy terminando. – Aseguro. – Y toca la puerta, Peter. ¿Qué si estoy haciendo pis?
– Pero no lo estabas haciendo. – Añade con simpleza encogiendo sus hombros, a lo que yo sólo bufo como respuesta. – No te pongas más perfume. – Se queja, tosiendo y moviendo su mano derecha de lado a lado.
– No haber entrado al baño. – Sonrío, triunfante.
Termino con todo y bajo a la cocina, con Peter pisándome los talones. Cojo un puñado de galletas y me despido de mi padre.
– Os vais dos, ¡no quiero que vuelvan tres! – Grita cuando estoy a punto de cerrar la puerta.
– ¡No prometo nada! – Respondo riendo.
– ¿No entienden tus padres aún que seamos únicamente amigos? – Cuestiona Peter, con las manos en sus bolsillos.
– Siguen con eso de “donde fuego hubo, cenizas quedan”. – Alzo mi mirada, para poder ponerla nivelada a la suya, a pesar de la diferencia de altura.

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Interchange | n.h. (próximamente)
Fanfiction– Me voy. – Susurré, aun sin creerlo, sujetando el papel entre mis manos temblorosas. – ¿A qué te refieres con 'me voy', Leah? – Susurró él esta vez, arrugando su ceño y situándose detrás mío. –¡Me han aceptado! – Grité esta vez, girando y abrazando...