𝐄𝐧 𝐞𝐥 𝐮́𝐥𝐭𝐢𝐦𝐨 𝐦𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨...

1. 𝐑𝐞𝐞𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨

Cuatro años habían pasado desde que el compromiso de Oikawa Tooru y Ushijima Wakatoshi había sido disuelto. Desde ese momento Wakatoshi, no volvió a cruzar palabra alguna con el mayor, a pesar de los negocios que tenían ambas familias. Se había estado negando a mostrar su cara ante quien había sido el amor de su vida y prometido años atrás, incluso, cuando el compromiso fue disuelto este no se presentó, en su lugar, envió una carta disculpándose con la familia y una compensación económica ante los inconvenientes.

En su momento, nadie entendía por qué el heredero de la familia Ushijima había cambiado tan drásticamente de opinión sobre el compromiso, cuando este, era quien más entusiasmado se veía con la unión de ambos. Pero tras la muerte del Señor Ushijima - Abuelo - y antigua líder de la organización, las especulaciones sobre el asunto no tardaron en hacerse.

Los rumores sobre el rompimiento de la pareja y los posibles motivos se esparcieron como pan caliente en un día nublado. Según los rumores, Wakatoshi había anulado el compromiso por un beta con el que mantenía una relación de amantes a escondidas de su abuelo, y tras la muerte de este, había decidido anular el compromiso que tenia con el joven Oikawa para poder formalizar con dicho amante.

Este acontecimiento estuvo sonando mucho en los medios, como en la alta sociedad a la que eran pertenecientes. Wakatoshi, sabía que había una pequeña posibilidad de que Tooru le buscara debido al fuerte escándalo que se había generado. Por ello, le evito a toda costa.

Durante los dos primeros años al rompimiento de su compromiso, Tooru, busco a Wakatoshi con desesperación. Wakatoshi, quien era consciente de los mensajes, llamadas y cartas por parte del castaño no dio respuesta alguna o señal de vida, como si la tierra se lo hubiera tragado. Tooru, termino dándose por vencido, dejo de insistir e intentar contactarse con el menor, dejando el suceso en el pasado y continuo con su vida.

Después de cuatro años de evitar al mayor, se había quedado sin escapatoria o excusas que le pudieran salvar de aquel encuentro, era algo inevitable, y Wakatoshi lo sabía muy bien. Por ello, se había estado mentalizado sobre el asunto durante una semana completa, una semana donde no pudo dormir debido a los recuerdos del pasado que pensaba ya habían desaparecido, pero estaba equivocado.

Sus días y noches durante esa semana habían estado acompañadas de wiski. Lo veía como un calmante necesario, a pesar de que él no era un amante del alcohol, pero quizás, estaba pensando mucho sobre el asunto. Un asunto, que probablemente Oikawa ya había olvidado y al cual no le daría importancia, ya había pasado mucho tiempo y cada uno había hecho su vida tras la separación. Sin embargo, Wakatoshi, aun se sentía nervioso, le preocupaba lo que pasaría después de aquel encuentro, si bien, él sabía que lo que había hecho en el pasado no estaba bien, pero en el momento le pareció correcto.

Eventualmente, el día del encuentro llego.

Los líderes y representantes de las empresas más importantes de Japón hicieron acto de presencia en las instalaciones de la corporación Chukyu. El ambiente se mostraba tenso ante la llegada de los imponentes empresarios que se hacían sentir con bastante facilidad. Cuando Wakatoshi llego, en la sala de reuniones ya se encontraba Kiyoomi Sakusa CEO de la farmacéutica Sakusa, Kozume Kenma Director de la empresa de tecnología y entretenimiento Nekoma, Osamu y Atsumu Miya dueños de la franquicia Miya, Bokuto Koutaro Director y representante de Aduana y Oikawa Tooru Director de Grupo Aoba Johsai - Bufete de abogados.

Manteniendo el pesado e incómodo silencio de la sala, Wakatoshi entro y tomo lugar a un costado de Sakusa y Bokuto, quedando en medio de ambos y frente a Oikawa quien mantenía su mirada en su celular al igual que Kenma en el propio. Tras unos largos minutos de ese incómodo silencio Bokuto decidió hablar, se había estado aguantando desde que Wakatoshi había entrado a la sala, parecía un niño curioso mirando a quienes en un tiempo fueron la relación de cierta forma más envidiada, y ahora, a pesar de estar frente a frente no se decían nada, ni siquiera se miraban. Era inaceptable para Koutaro.