EL INICIO Y EL FIN

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A mis 13 años ya tenía claro que era adoptada, era más que obvio, mi color de piel era más oscuro que el de mis padres, mis ojos, mi pelo e incluso mi forma de pensar eran diferentes. 

Conocer mis raíces era algo que anhelaba intensamente, por este motivo siempre estaba haciendo preguntas a mis padres e indagando sobre la cultura de mi país de origen, Nigeria. 

Cuando ya me sentía preparada y creía saber todo lo necesario, les comenté a mis padres que por mi cumpleaños quería ir de viaje a conocer mis orígenes. Se negaron rotundamente al principio, pero después de insistir durante meses, aceptaron. Comencé a planificar lo todo y a calcular la distancia y el tiempo que tardaríamos de llegar de Francia a Nigeria, estaba eufórica.

Después de meses interminables, llegó el gran día, subí al avión muerta de miedo y me bajé de igual manera, pero fue sentir el sol en mi piel morena, el olor de aquel lugar, ver a las personas tan parecidas a mi, que todo dejó de parecerme extraño, había regresado a mi hogar y me sentía la chica más feliz del universo. Todo era nuevo, pero se me hacía familiar. 

Llegamos al hotel y mis padres quisieron descansar, yo en cambio aproveche que se habían quedado dormidos para escaparme. Mi viaje tenía un objetivo oculto, quería conocer a mi madre biológica. Antes de viajar había escondido mis papeles de adopción en la maleta. Con la dirección exacta del lugar donde se encontraba la agencia de adopción en la cual me había adquirido mis padres, mi plan no podía fallar. 

Que ingenua era...

Me escabullí del hotel y salí sola, nada recomendable. Con ayuda del Google Maps encontré el lugar, que por suerte, no estaba muy lejos. Al llegar lo único que vi, fue un edificio antiguo y en muy mal estado, no parecía que ahí hubieran estado una oficinas de adopción, más bien me recordaron a un edición de mi barrio que en breve iban a demoler. Estaba confundida, no entendía nada. Comencé a mirar a mi alrededor buscando alguna pista, pero percibí que la gente me observaba. Me puse muy nerviosa y me dirigí al hotel de nuevo, al notar que dos hombres me seguían, eché a correr, llegué llorando al hotel. No debí haber salido sola. 

No les dije nada del incidente a mis padres para no preocuparlos, y busqué en internet que había sido de la agencia. En la pantalla aparecieron diversas noticias, y en todas se repetían las mismas palabras: robo de niños, engaño, extorsión, manipulación, violación de los derechos humanos y DINERO. Todo iba tomando forma, cada vez estaba más cerca de la verdad, más cerca de mi madre y de mi pasado. Entre todas las noticias apareció una página web con el título "ASOCIACIÓN MUJERES DE ÁFRICA". En dicha web encontré información muy interesante, se trataba de un grupo de mujeres que luchaban en contra de las mafias que vendían niños de forma ilegal. Entre ellas se encontraban algunas que habían sido víctimas de la misma agencia que mi madre y que se reunían los fines de semana para dar charlas en el National Theatre Nigeria. 

Convencí a mis padres de ir, con la excusa de que quería conocer mujeres feministas y empoderadas de origen Africano, no se opusieron, les agradó la idea. 

Al llegar, vi que había demasiada gente y me sería muy complicado acercarme a ellas, así que esperé a que todo acabara y las abordé antes de que salieran del edificio. Se sorprendieron pero aceptaron escucharme, en francés, les resumí el motivo de mi viaje y les pedí ayuda. Ninguna supo darme respuestas, alegaron que no todas la víctimas se habían unido a la causa. Salí de allí rendida, agotada, desilusionada y muy frustrada. Mis padres pensaron que no me había agradado la charla. Regresamos al hotel y me encerré en el baño de la habitación a llorar, había fracasado completamente. 

Al día siguiente, bajé a la piscina del hotel, sola, necesitaba despejarme. A los 10 minutos de estar allí, se me acercó una mujer que reconocí enseguida, era una de las que daban la charla. Me sonrió y me entregó un sobre.  Lo abrí y saqué una carta dirigida a Juliet, pensé que se había equivocado, yo no me llamaba así, pero al leerla comprendí que sí, ese era mi nombre, el verdadero. 

Mi madre biológica me había explicado en esa carta todo lo que yo necesitaba saber. Cuando ella tenía 23 años, se quedó embarazada, sin recursos para pagar un hospital, aceptó la ayuda de un vecino, este la llevó a una casa donde había dos "enfermeras" allí la ayudaron a parir y poco después desaparecieron junto con el bebé, dejándola a ella allí sola y sin fuerzas para salir a buscarlos. 

Aún desconozco cómo llegué a manos de mis padres adoptivos y tampoco quiero averiguarlo, me basta con saber que mi madre está viva y me quiere, y respeto su dolor y su decisión de no interferir en mi vida. Vida que le arrebataron, y a mi, y todo por dinero…

Mis "padres", ya me habían comentado que en algunos lugares las vidas tenían precio, ¿cuánto les habrá costado la mía?.

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⏰ Última actualización: Feb 05, 2021 ⏰

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