cambio de planes

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3 días antes del atentado de barris offee al templo jedi

Anakin skywalker y su padawan ahsoka tano se encontraban entrenando en una de las múltiples salas de entrenamiento del templo.

La joven togruta se había vuelto en una habil luchadora grácil y elegante con precisión acestaba golpes precisos y metódicos que contrastaban con el estilo caótico y agresivo de su maestro que pese a esto probaba su habilidad esquivando los estoques de su aprendiz como si supiera de antemano de donde vendría el ataque, venían ya de una hora de la sesión de sparring por lo que pese a mantenerse constantes y ninguno dar el brazo a torcer ambos estaban exhaustos, claro ninguno lo reconocería si había algo que esos dos compartían era su terquedad.

-bien- exclamó el mayor incorporándose luego de esquivar el ataque de su padawan.
- creo que por hoy esta bien.

-que paso maestro?- dijo ahsoka incorporándose y apagando sus sables mientras respiraba agitada- ya te estas cansando? Apenas hiba calentando

-no tientes a tu suerte mi joven padawan- replicó el humano con una sonrisa altanera -este viejo aún tiene un par de trucos.

-eso me gustaría verlo anciano- dijo con la misma altanería caminando hasta estar peligrosamente cerca de su maestro para luego darle un juguetón golpe en su pecho mientras le regalaba una mirada coqueta que el mayor respondió con una sincera sonrisa que la menor replicó, esta clase de juegos de flirteo se habían vuelto gradualmente frecuentes entre maestro y aprendiz con el tiempo a medida que su confianza y su relación crecía sin que ellos se dieran cuenta siquiera. Ambos permanecieron unos interminables minutos mirándose embelesados mientras se sonreían hasta que anakin fue el primero en hablar tomándola de las muñecas.

-ven conmigo, quiero decirte algo.

El corazón de ahsoka comenzó a palpitar con tanta fuerza que retumbaba en su cabeza.

-deacuerdo- dijo con una sonrisa boba.

-okey ven-dijo anakin tomándola de la mano y jalandola mientras comenzaba a correr como un niño pequeño.

-anakin, espera- dijo la togruta riéndose ante la actitud extrañamente infantil y tierna de su maestro.

Ambos jóvenes llegaron a un sector desierto de los jardines donde ambos se sentaron bajo la sombra de un arbol mientras ambos trataban de recobrar su compostura mientras reían como niños tontos.

-jaja cállate tonta tengo algo importante que decirte.

-jajaja lo siento lo siento me comportare.

-bien oye... tengo que decirte esto que hace tiempo que... quiero decirte pero no encuentro la manera de decirte.

- ani, que es? Es algo grave?

-no, no, no es nada malo... al menos yo no creo que sea malo. Ehm... sonara cursi... pero tengo que sacarmelo.

Anakin estaba nervioso e indeciso pero en ese momento sintió un Rose cálido en su mano era la mano de su padawan, anakin sorprendido encontró su mirada con la comprensiva mirada de la togruta que lo veía con dulzura una dulzura que no recordaba encontrar en su memoria.

- ani, sabes que puedes decirme lo que sea¿ no?

Anakin trago grueso, se sentía tan expuesto ante esa chica pero al mismo tiempo tan seguro.

-si, si lo se- dijo suave y lo suficientemente bajo como para que solo ella lo oyera.

- ahsoka. Quiero darte las gracias.

-pero ¿ porque?

- ahsoka. Yo, soy un desastre, no me gusta ser autocompadeciente pero la verdad esque no puedo decir que tube una vida fácil es por eso que soy un desastre en casi todos los aspectos de mi vida, actúo seguro y confiado pero en realidad tengo miedo constante a perderlo todo- explicaba con voz temblorosa mientras sus ojos comenzaban a ponerse acuoso. Ahsoka observa en silencio, se notaba que no era fácil para su maestro decir eso.- por eso... muchas veces soy un caos pero... desde que llegaste, todo cambio... sabes bien que yo no quería tener un padawan pero por la fuerza que bueno que el maestro yoda te envió conmigo.

el regresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora