¡One Piece Week de este año! ♥
⋆ Una semana escribiendo relatos sobre los maravillosos personajes de One Piece ⋆
Será el primer año en el que participe ^^
Week organizado por @ensalaw ❤
#OnePieceWeek2021
Las imágenes no me pertenecen, tan solo he...
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1. ᔕOᑎGᖴIᑕ
La luz de la luna se filtraba con timidez por las ventanas e iluminaba las alfombras de terciopelo rojo. Aquellos pasillos de la mansión estaban decorados con cuadros de marcos dorados y armaduras de caballeros con floretes* de empuñadura italiana. Un hombre de cabellos negros como el carbón miraba el cielo nocturno con el semblante sereno.
—Una velada estupenda, ¿no lo cree, Sir Crocodile? —Un hombre de cabellos rubios y una sonrisa que escondía algo se dirigió al pelinegro.
Crocodile se peinó el cabello hacia atrás con una mano enguantada, sujetando una copa de vino carmesí en la otra. Se giró, dejando la luna tras de sí, y lo saludó:
—Me halaga que se haya quedado con mi nombre de entre todos los invitados en la fiesta, Doflamingo. Y, por favor, llámeme tan solo Crocodile. Y tuteeme.
Doffy asintió.
—Lo mismo digo, entonces.
El rubio reparó en que Croco estaba solo en aquella parte de la mansión; parecía haber abandonado la sala de baile, en donde se estaba llevando a cabo la fiesta, y había acabado ahí, casualmente.
O quizá no era casualidad.
El rubio jugueteó con un objeto que guardaba en el bolsillo de su abrigo de plumas.
—Permítame... Permíteme adivinar, Crocodile —comenzó Doffy—. ¿No te van mucho las fiestas?
El pelinegro lo miró de soslayo.
—No. No las soporto —exhaló divertido—. Pensaba salir a tomar el aire, pero... —Movió el brazo como si quisiera mostrarle su situación—. Pero he acabado perdiéndome. —Rio.
—Claro—dijo Doffy, bajándose un poco las gafas de los ojos y mirando a Croco—. ¿Cómo no? Al fin y al cabo, este lugar es enorme. Una respuesta razonable...
Comenzó a pasear lentamente alrededor del pelinegro, rodeándolo como lo haría un animal con su presa. Crocodile no osaba darle la espalda y sujetaba la copa con más fuerza mientras trataba de mantenerlo a plena vista en todo momento.
—Pero... —musitó el rubio— no lo suficientemente buena como para engañarme.
Sin comerlo ni beberlo, Doflamingo asestó un golpe hacia la ventana, empuñando una daga, pero Crocodile lo esquivó con gracia, esperándoselo. El moreno rio una vez se hubo alejado de Doffy.
