Capitulo 1 parte 1: Enfrentamiento complicado

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El entrenamiento del peli blanco había dado inicio, no había tiempo de descansos según él, y por unos meses (6 para ser exactos) descuido mucho su salud, comiendo poco, prácticamente no dormía, apenas bebía, le daba igual si estaba herido o no, si necesitaba, aunque sea 5 minutos de descanso, consideraba su entrenamiento y su meta más importante.

El que se dio cuenta fue Kyojuro, quien pasa mucho tiempo con nuestro cabeza hueca.

Hasta que un día le dijo a su padre, de ahí al patrón, quienes regalaron a Kuro sin piedad, prohibiéndole entrenar durante 2 semanas, tiempo en el que su salud volvió al 100%, se alimentaba como debía, básicamente aprendió a la mala que el entrenamiento se divide en tres: el entrenamiento, la alimentación, y el descanso.

(durante esos 6 meses, Kuro básicamente hacia un entrenamiento parecido al de Tanjiro, solo que en vez de obstáculos eran los animales salvajes, y aunque logro evadir a algunos demonios, logro matar a uno aguantando hasta que saliera el sol, así de tarado es nuestro prota)

Al terminar su "castigo", Rengoku le propuso entrenar juntos, a lo que acepto sin dudar, y así estuvieron luchando y entrenando durante 2 años (esta vez Kuro si se cuidó, al menos el idiota aprende)

En la selección final, Kuro no solo sobrevivió sin un rasguño, sino que pudo crear su propia respiración a partir de la de las llamas: la respiración demoniaca (que, para ese momento, ósea el final de la selección, tenía solo 3 posturas)

Ya siendo un cazador, tendría misiones normales, algunas fáciles, otras complicadas, como la vez en la que lucho contra un demonio con la habilidad de congelar su sangre, y si esta tocaba a un ser vivo, se calentaría de golpe, generando una explosión de vapor.

Durante la pelea, Kuro intento conseguir información sobre Musan, cosa que obviamente no logro, aunque se dio cuenta que el demonio más fuerte era un cobarde sin precedentes, pero a la vez inteligente, pues si un demonio hablaba de el o intentaba mencionarlo, moriría automáticamente, evitando que cualquier información sobre Kibutsuyi fuera esparcida.

También se enfrento a un demonio que podía usar unas cartas para predecir el destino, y eso puso en aprietos al joven cazador, aunque dicha habilidad de sangre tiene una debilidad, y es que a pesar de poder ver el destino, este era relativo, se basaba en probabilidad y el demonio siempre se confió por los altos porcentajes, nunca imagino en que, si hay 75% de posibilidad de algo, el otro 25 también era probable, básicamente perdió por confiado y fanfarrón.

Esto fue así durante un año, año en el cual Kuro se hacia mas poderoso, hasta el día de su mayor reto:

En una noche tranquila, patrullando un pueblo algo grande, noto que los insectos se escondían y que las aves salían volando lejos de la aldea, acto seguido, sintió una sed de sangre inmensa, ¡cosa que le trajo a la mente una cosa-! Debe ser una luna menguante ¡- Pensó mientras saltaba de techo en techo, buscando al demonio

Logra ver que el ser simplemente caminaba con una sonrisa confiada en el rostro, parecía darle igual que lo estuvieran mirando, acechando, y simplemente veía las casas, como intentando elegir una en específico.

Kuro se bajo de aquel techo, sabiendo que el demonio parecía no darle importancia, hasta que se dignó a hablar.

- Parece que estas muy interesado en mí, ¿Eres un seguidor o algo así? – Decía el demonio, sonriendo ampliamente, riendo un poco.

- Deberías saberlo, ¿No?, sabes sobre los cazadores después de todo, no hay luna, superior o menguante, que no sepa sobre nosotros – Dijo el chico mientras mantenía una mirada indiferente, pareciendo tranquilo, pero en el fondo estaba nervioso, conocía el poder de las menguantes, no eran para nada débiles.

Aquel ser perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora