Los largos pasillos bañados en blanco se extendían por mi panorama de visión, el aroma a analgésicos y desinfectante inundaban mis fosas nasales. Siempre temía regresar a este lugar, regresar y tal vez no poder volver a salir.
Pasaba las paginas ansiosa de la revista que había encontrado en la mesita de la sala de esperas al pendiente de de escuchar salir mi nombre de la garganta de la joven enfermera que se encontraba en la recepción.
Había estado pasando aquellas páginas una y otra vez por lo menos durante veinte minutos, viendo los hermosos rostros de las modelos sin observar algún rasgo que se guardara en mi cabeza.- ¿La terminaste de leer o seguirás regresando al inicio hasta que te llamen?- interrumpió una voz al lado mío.
Quite mi mirada del anuncio de perfumes en el que me había detenido, para observar a aquel joven que se apoyaba sobre su codo en el reposadero de la silla.
- Disculpa, no sabía qué querías leerla.- Dije cerrando la revista y extendiéndosela.
Sus ojos semi ocultos bajo unas gafas de sol se posaron en mi mano y la revista, para luego subir el camino hacia mi rostro.
Me tome el derecho de observar a aquel con más detenimiento al notar las ropas que portaba, tras de una gorra negra se ocultaba un moño castaño oscuro en el que había recogido su cabello, era escasa la piel que se lograba ver tras aquel suéter holgado ocre y los pantalones oscuros que lo acompañaban.
Trague saliva al recordar las escenas de las películas en la que se mostraban a los delincuentes juveniles.- Oh, no la quiero.- dijo rechazando la revista y acomodando sus gafas del sol.- solo me cansaba mentalmente el bucle en el que te habías encerrado.
Le dediqué una falsa sonrisa y coloqué la revista sobre la mesa de centro, en donde pertenecía.
- Solo estaba intentando que el tiempo pasara más rápido.- Dije acomodándome en la silla.- Ya veo.- Respondió en desdén mirándome de reojo.- A nadie le gusta estar esperando su turno en un jodido hospital.
¿Por qué estaría él aquí? Estoy segura que si le dijera mi caso su expresión aburrida cambiaría. Siempre las expresiones de los demás cambiaban cuando sabían que hacía en un hospital.
- ¿Ah si? Tú te ves como si estuvieras dando un paseo por el parque.
Aquel sonrió sin ganas inclinando su rostro y sacó algo de la bolsa de su abrigo.
- Pues tú te ves como si estuvieras esperando la peor noticia de todas.- esta vez fue él quien extendió un paquete de chicles hacia mí. - ¿Quieres? Me ayuda con la ansiedad.
- No estoy ansiosa.- mentí, pero de todas formas agarre uno de aquellas golosinas.
- Si tu lo dices.- Soltó tranquilamente mientras se quitaba la gorra de la cabeza y me miraba por fin con atención a los ojos.- Pero tu cuerpo no es tan bueno mintiendo.- Dijo señalando vagamente mi pierna que no paraba de moverse. Un tic nervioso que había desarrollado en esta misma sala de espera.
- Hannah Beckham.- Llamó la enfermera con una lista en su mano, me levante de mi asiento sin responderle al castaño palideciendo ante el llamado de mi nombre.
- Encantado Hannah.- Se despidió y no pude responder.
- Hannah- mi madre me llamaba mientras estaba en blanco.- Hannah ¿me estás escuchando?- Había llegado corriendo de su trabajo para llegar a tiempo a mi revisión.
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Analogía de Dolor ||Levi Ackerman||
FanfictionLa presión en mi pecho creció, creció y creció, tanto que pensé en algún momento mi corazón explotaría y cuando eso pasará, las lágrimas que escocían mis ojos brotarían, brotarían y caerían en busca de un consuelo. En busca de tu consuelo, que jamás...