E S P E C I A L

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¿Cómo habían llegado a ese punto? Eso era lo mismo que Kara se preguntaba cuando vio a Lena con un arma cargada de kryptonita.

Esa era la pregunta más normal que Kara pudo pensar. Es decir, no todos los días tienes a tu mejor amiga, de quien por cierto estás enamorada, apuntándote directo al corazón con la intención de matarte. Y no es que esa fuera la intención de Lena realmente. Al contrario, la pelinegra lo único que pretendía era asustar a la rubia. Algo como darle una lección por el sufrimiento que la hizo pasar por semanas.

Lena jamás se había sentido tan dolida en toda su vida, y eso ya era mucho decir considerando que la pelinegra había sido adoptada por una familia de villanos. Si podía admitirlo para sí misma, la verdad es que su dolor era tan enorme por esa misma razón. Después de haber sufrido tanto a manos de Lillian y Lex Luthor, lo que menos pensaba es que sufriría a causa de una hermosa rubia que aparentemente no podía matar ni una mosca, cosa que claramente no era cierta porque cuando nadie la miraba se dedicaba a derrotar alienígenas.

Y para ser más honesta aún, más que sentirse dolida, se sentía patética y avergonzada. Llevaba años siendo amiga de Kara y en ninguna ocasión se le ocurrió que la chica de Midavale no fuera de Midavale realmente, sino de Krypton. Se sentía patética porque de todas las veces que estuvieron en riesgo y ella creyó que la había salvado, en realidad no había sido así, Kara solo había fingido. Nunca estuvieron en riesgo, Kara solo fingió que era así para no hacerla sentir mal y eso solo la molestaba aún más. Quizá, Lena no estaba molesta y resentida con Kara por ocultarle el secreto, de alguna forma, eso era algo que podía entender. Ella estaba resentida con Kara por hacerla sentir idiota siendo tan inteligente. Estaba molesta porque era humillante lo obvio que parecía. Ahora que ya lo sabía, era absurdo, es decir, ¿en qué cabeza cabía pensar que un par de anteojos podían hacer una gran diferencia entre dos personas? Para no sentirse tan tonta, tuvo que convencerse a sí misma de que no eran los anteojos lo que le impidieron ver que eran la misma persona, sino que Kara y Supergirl eran completamente diferentes.

Cuando Lena conoció a Kara, el flechazo fue casi inmediato. Claro, ella no creía en eso del amor a primera vista, sin embargo, sí creía en la atracción y eso fue lo que sintió con Kara cuando la conoció. La primera vez que se vieron fue cuando la reportera entró a su oficina con su primo buscando una exclusiva y esa vez había sido tan dulce y tímida que fue muy fácil derretirse por ella, por otra parte, la primera vez que la salvó como Supergirl había sido tan determinada y confiada en sí misma que también se sintió increíblemente atraída por ella. La cuestión era que se sintió atraída hacia "ambas" por razones completamente distintas. Y todo eso solo la llevó a odiarse a sí misma durante un tiempo, porque... ¿cómo era posible que le gustaran dos personas distintas que parecían ser tan iguales al mismo tiempo? Bueno, es que en realidad sí eran la misma persona, pero en ese entonces, Lena no sabía eso.

Y eso sin contar el hecho de que Kara con Lena se comportaba completamente distinto de cómo se comportaba Supergirl con Lena. Mientras Kara era tímida y tierna con la empresaria, Supergirl era medio engreída y altanera. La heroína siempre le hablaba con respeto y nunca dejaba de lado su código de ética llamándola por el tan conocido: "señorita Luthor", pero a la vez le gustaba picarla, la molestaba todo el tiempo cuando trabajaban juntas y sacarla de quicio era uno de sus pasatiempos favoritos. Kara no era así, era exactamente lo contrario... la reportera se preocupaba, le mandaba mensajes preguntándole si no se le había olvidado comer y recordándole que durmiera al menos ocho horas para rendir bien al día siguiente. Lena siempre había pensado que tenerlas a ambas era lo mejor de dos mundos. Y cuando se enteró de que siempre había sido un solo mundo con dos personalidades distintas no sabía si sentirse aliviada o molesta. Aliviada porque no debía preocuparse de que le gustaran dos personas y molesta porque sentía que la rubia solo estaba jugando con ella.

NON NOCERE | SUPERCORPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora