CAPITULO 4

1.8K 253 279
                                    

Clint observaba con ira y frustración el rostro de Kara, un moretón se pintaba en su mejilla y su tobillo derecho estaba tan inflamado que ni siquiera se lograba distinguir su forma, mientras trataba de vendar a una quejumbrosa Kara hacía un intento por controlar su rabia hacia el padre de la chica, había escuchado que Anton Dagger tenía carácter, incluso se decía que su esposa lo dejó por los maltratos y el hombre inventó una historia acerca de un amante para no quedar mal, pero nunca imaginó que fuera capaz de golpear a su propia hija, y todo por culpa de Trevor al decidir terminarla de esa forma tan abrupta.

—¿Por qué te hizo esto? —fue lo primero que se le ocurrió preguntar.

—¿Qué? ¿Trevor no te lo dijo?

Clint frunció el ceño con confusión.

—¿Qué hizo?

—Me despidió —le respondió ella antes de colocar un paquete de verduras congeladas sobre su cara.

—¿Disculpa?

—Me llamaron, me entregaron una carta y me dijeron que iban a prescindir de mí, pero me pidieron que renunciara para que "no hubieran escándalos", o eso supongo yo y a papá no le gustó eso.

—Eso parece más cosa de su padre que suya.

—Eso me dijo él, pero me cuesta creerle, no puedo creer eso de que él es solo una marioneta en esas elecciones.

Alguien comenzó a golpear la puerta, Kara y Clint intercambiaron miradas antes de que él se levantara y se dirigiera a la puerta para abrirla, era Trevor.

—Ahora visitas sin avisar ¿Dónde están los modales? —le preguntó Clint de mal humor.

—¿Qué sucede? ¿Estás ocupado?

Clint abrió la puerta y se hizo a un lado para que entrara, Trevor lo hizo pero frenó en seco cuando vio a Kara, su rostro golpeado y su tobillo vendado le hicieron caer en cuenta de lo que había sucedido.

—Kara tú ¿Estás bien? ¿Te hizo algo más? —le preguntó caminando con preocupación hacia ella.

Ella lo miró de mala manera antes de subirse la manga de su suéter revelando las marcas que su padre le hizo con sus propias manos.

—Supongo que estás contento —le dijo ella de mal humor.

—¿Cómo podría estar contento por esto? Por supuesto que no, Kara te juro que no quería que esto sucediera.

—¡Pero sucedió! —le espetó ella alejándose —ahora déjame sola, necesito descansar, vine corriendo hasta acá con un tobillo lastimado.

—¿Te quedarás a dormir aquí? —preguntó Trevor con indignación.

—¿En dónde más? ¿En tu casa?

—Con Celia por ejemplo.

—La madre de Celia me odia.

Trevor observó fijamente a Clint quien como respuesta solamente encogió los hombros.

—Te daré para que te quedes en un hotel.

—¡Por Dios! —Kara se colocó de pie como pudo—. ¿Crees que estoy en condiciones para hacer algo? Apenas si puedo caminar, además ¿A ti qué te importa?

—No quiero que estés mal —le dijo Trevor tratando de caminar hacia ella.

—Muy tarde para preocuparte por mi bienestar —le murmuró Kara con tristeza.

—Trevor, no pasará nada, no te preocupes —intervino Clint tratando de ayudar a Kara a caminar—. Gracias por venir pero sinceramente hasta yo estoy enojado contigo.

InamorataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora