Besos con la mirada

Capitulo 3

¿Les había mencionado sobre lo distraída que soy? Me he dado cuenta de que jamás he aclarado que estos personajes no son míos sino de Rumiko Takahashi, todo lo demás ya lo deben saber: "Esto es sin fines de lucro, solo tomo los personajes prestados, etc, etc." Lamento no haberlo aclarado antes pero realmente jamás me había dado cuenta de ello, no planeo quitarle sus créditos a la creadora de los personajes y de tan grandiosa serie. Aunque seguramente esto ya lo deben de saber, me siento mejor si lo aclaro y así mismo dejo el crédito correspondiente a la autora original de los personajes.

Sin más los dejo con el tercer capítulo.

(...)

Una semana había pasado desde la llegada de la chica y tal como lo esperaba resultó ser demasiado popular. Solo ese lapso de tiempo fue suficiente para que la mayoría de la escuela supiera de ella, algo que no sería irritante si no tuviera que atravesar grandes hordas de chicos para salir de mi salón. Una
acción que anteriormente era algo simple y cotidiano se había convertido en una batalla diaria.

Algunas veces sentía compasión por aquella chica, bastantes problemas tenía yo con las locas obsesionadas conmigo, y de estar en los zapatos de ella ya me habría dado un tiro.

Con el tiempo también se llegaron a saber más datos sobre ella; como el hecho de tener una hermana mayor quien estudiaba en la misma escuela y cursaba el último año. Se rumoreaba que al igual que ella, su hermana era realmente hermosa pero también increíblemente avariciosa. Contaban que un chico de su clase la invitó a salir, jugándose la vergüenza además de un posible rechazo, le regaló flores mientras le rogaba por una cita y para su sorpresa ella accedió sin dudar. Emocionado la invitó al restaurante más caro tratando de impresionarla, una decisión de la que se arrepintió tiempo después pues la chica pidió los platillos más caros, cosa que él no tenía previsto. Cuando finalmente trato de explicarle la situación al ver qué no contaba con el dinero suficiente ella se levantó de su asiento y se despidió de él, áconsejadole que si su presupuesto no era suficiente no invitará a una chica a cenar en lugares fuera de su posición, no sin antes asegurarle que sería la última cita que tendría con él y dejar al chico para no cruzar palabra con él nunca más. Razón suficiente para que sus admiradores temieran de ella y el nivel de pretendientes fuera menor al de su hermana.

Akane no solamente había causado buena impresión en el área estudiantil, también se había ganado el cariño de los profesores, inclusive del maestro de matemáticas del que si no fuera por el hecho de que fuera realmente buena con las materias, me habría empezado a plantear la idea de que los profesores tenían algo en mi contra.

Jamás había dirigido palabra con ella y sorprendentemente ella tampoco había tratado de hacerlo conmigo, mi presencia le daba igual. Eso me pico directo en el orgullo pues aunque no lo aceptara, en el fondo mi ego quería que la atención de Akane se centrará en mi como todas las mujeres que llegaban al grado de hacer cualquier cosa con tal de conseguir mi atención. Casi de inmediato mi propio orgullo impidió que siguiera pensando de esa forma. Después de todo, entre menos locas me siguieran estaría mejor.

Contrario a mí, Ryoga se acercó a ella regresando con una cara de imbécil que mantuvo el resto de la mañana y que solo haber chocado con un árbol lo hizo regresar en sí, proclamando al mundo que Akane era la mejor chica que había conocido y luego proponerse que algún día sería su novia.

Era divertido ver como trataba de coquetear con ella, al final siempre terminaba actuando de forma estúpida y diciendo palabras sin sentido, pero a decir verdad. Ver la cara que ponía la chica era un tesoro. Sus muecas de desconcierto eran realmente lindas.