Un paseo planeado entre amigos sería el Génesis de nuestro placer. Cerca al centro histórico habíamos pagado prácticamente por todo un hostal para nosotros, una casa de tipo colonial con pisos y escaleras en madera acogía a nuestro círculo social.
Era la segunda o tercera vez que te veía, solíamos solo saludarnos pues nuestros amigos intentaban forzar una relación interpersonal entorpeciendo gravemente todo el avance que pudiéramos tener, no sé si odiaban tanto mi soledad, al igual que la tuya, para querer juntarnos con tanta determinación.
Pues así nuestras conversaciones eran pobres y poco habituales, de hecho aquel sábado en todo el día solo nos habíamos saludado, yo me inclinaba a la compañía de mis amigos más a fines como tú lo hacías con tus amigas, pues bien, aquella noche en el hostal nuestros amigos empezaron a beber desenfrenadamente, jugar, reír y a ir por un camino de autodestrucción que por algún motivo había dejado de seducirme.
Saliendo de las viejas habitaciones del hostal y sentado en la sala solo miraba por la ventana la ciudad de noche, hacia un par de soliloquios y estaba tan inmerso en mí, que parecía que aquella noche se me haría infinita por el tedio de no poder disfrutar de esa interacción social.
Fui allí cuando te vi salir de la habitación de la que provenía tanto ruido, tus rasgos definidos y sonrisa hipnótica me vislumbraban, una amabilidad que me brindaba calma y una forma de ser conmigo como nunca habían sido, estás fueron características del inicio de nuestra aventura sin igual, conversamos poco pero todo fluyo tan bien que después de un efímero tiempo solo me preguntaba cómo aquel sentimiento había nacido tan pronto, haciendo la presión social a un lado y alejados de nuestro grupo las palabras fueron nuestro puente para empezar a crear lo que en la vida había creado.
A pesar de tu timidez tu outfit parecía tan atrevido, llevabas unas mallas que resaltaban y adornaban tus piernas, combinadas por una corta falda negra que estimulaba tanto la imaginación pero a su vez al deseo que quería que la imaginación no fuera la encargada de descifrar aquel jardín de las delicias, una camisa holgada cuyo relieve en ella eran unos pechos firmes y de un tamaño medio, mejillas enrojecidas, tus manos jugaban en tus labios, tus ojos miraban constantemente los míos y dos coletas en tu cabello insinuaban un juego que estaríamos por aprender, en el pasar de los minutos nos atrajimos y en el pasar de las horas nuestros labios se conectaban, mi mano jugaba bajo tu holgada camisa subiendo hasta aquellos pechos protegidos por tu bra e intentando pasar mis manos bajo el, detuviste mi mano y me pediste parar, alguien podría vernos.
Te tome de la mano y fuimos a una gran puerta en el hostal, entramos allí y cerramos.
Nos encontrábamos en un cuarto de juego cuyo centro poseía una mesa de billar y allí a oscuras fue nuestro comienzo porque amo el erotismo y porque eres el erotismo personificado.
Nuestras camisetas volaron dejándolas por el suelo mientras en besos llenos de pasión y deseo como aquellos amantes que nunca se cansan nos empezamos a consumir, sentándote sobre la mesa de billar y abrazándome con tus piernas el bra también duraría poco pues mis manos se saciaban de cada poro de ti y yendo de apretar tu cuello, a bajar por el centro de tu pecho, a tomar tus pechos y masajearlos dándole un trato especial a aquellos sensibles y excitados pezones, sabías que nuestros amigos nos buscarían y que en cualquier momento podrían descubrirnos pero poco te importaba el mundo por estar allí conmigo.
Aquella timidez y hielo que teníamos hace unas horas ahora era transparencia y pasión.
Suspirabas fuerte mientras una de mis manos sin mucho trabajo y yendo bajo tu falda empezarba a estimularte por encima de las bragas, los besos se detenían pues tus gemidos empezaban mientras buscabas una superficie para rasguñar, tus bragas se humedecían con aquellos movimientos, a falta de tiempo para nuestros juegos previos y sedientos por ser sólo uno te baje de la mesa e hice que te apoyaras en ella poniendo tu trasero contra mi tu espalda desnuda solo era adornada por la luz de la luna que entraba por una ventana, tu piel sentía cada tacto en ti, alzando tu falda, dejaba aquel gran trasero al aire, haciendo a un lado unas bragas húmedas empezaba a rozar mi pene con tu vagina poco a poco, llevaron por el placer y tomándote de tus hoyuelos de venus empecé a penetrarte lentamente al son de tus gemidos, hasta empezar a aumentar el ritmo, embestidas suaves mientras tus gemidos aún eran tímidos, pero te quería para mí, quería que sintieras lo que no has sentido, así que la penetración empezó a ser más fuerte mientras tú trasero se enrojecía cada vez más, tus gemidos aumentaban en tono y frecuencia y con mi mano derecha tomaba tus coletas halándolas hacia mí, mirabas al techo mientras tenías, te sentías totalmente cómoda y excitada aun cuando la situación era prohibida, escuchabas ya por el corredor del hostal a nuestros amigos buscándonos pero también sentías como mis manos jugaban con cada parte de ti y como apretaba aquellas piernas que lucían unas mallas que ciertamente aumentaban mi deseo, a veces las nalgadas o los agarrones que enrojecían tu trasero, gemías aún sin importar que pudieran descubrirnos, movías tus caderas mientras pedías más, cambiando de posición y llevándote contra una pared nos besábamos y seguíamos nuestro momento, tus pechos rebotaban y rozaban con mi pecho, te embestía fuerte contra la pared mientras tus piernas me abrazaban y tus menos igual, puse un dedo en tu boca mientras tus labios hacían maravillas imaginando tener otra cosa en ellos, al oído "tenemos que hacer silencio porque no queremos que nos descubran ¿verdad?" Me dabas la razón negando con torpes gemidos, mientras me mirabas a los ojos, veías como me gustaba estar en ti y lo que me excitaba que fueras mía en aquel momento, están tocando a la puerta pero no abrimos, beso tu cuello mientras te embisto más y más fuerte, te desatas a gemir rasguñando mi espalda sintiendo como cada vez entró y salgo con más fuerza en ti, tus piernas con fuerza me pegan contra ti mientras sientes como termino dentro tuyo y gimes fuertemente pegando aún más nuestros cuerpos, mi respiración agitada, tus suspiros en el aire y el tiempo que se detiene cuando sentimos que abren la puerta de la sala.¿Fin?
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génesis del placer
Fantasyhace tan poco nos conocimos, pero la química nos llevó a una situación tan prohibida como no lo pude imaginar, la adrenalina y el erotismo nos llevó a gozar tanto aquel día a escondidas.