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Mí mente máquina muchas cosas, aveces pienso tan rápido que es difícil que mis manos y voz acompañen a mí ajetreado cerebro y lo que intenta transmitir a los que están dispuestos a prestar atención.

Aveces puedo arruinar las cosas, y quedar en ridículo, pero me calma saber que todos somos así aveces.

Al menos un poco, no se.

No imagino a las personas que me gustan, siendo así de lentas al hablar cuando su cabeza máquina ideas como lo hago yo.

Quizá cuando está con la persona que les hace arder el pecho de calor y ese sentimiento dulce de felicidad, ahí sienten que se les quemó un fusible llamado normalmente como "pronunciar correctamente sin tartamudear".

Mientras escribo tengo muchas faltas y ya me provoca una vaga vergüenza.

Tartamudear nunca me dio algo bueno a no ser que a alguien le gustará las burlas.

Ese sentimiento de que todos te miran con cara de "pronuncia bien tontx" nunca me agrado.

No tienes tus propios defectos también?, Hola???.

Ojalá alguien me hubiera alentado, pero solo madure y me di cuenta que tal valiente muchach@ que imaginaba que me defendería en un momento crucial no existía.

O estaba demasiado lejos para enterarse.

No había quien parará la mano de una persona antes de estrellarse contra mí cara, quien evitará que me empujen y critiquen.

Necesitaba defenderme, sentir la seguridad que no siento ahora.

Y entendí,

mí propio héroe tenía que ser yo.

Si no me defendía, nadie más lo haría.

Todos, por instinto, siempre miramos a un lado cuando pasa algo así.

No es algo de uno en un millón, es figuradamente todas las veces siempre es así, nadie hace nada, te ven con lástima y siguen en lo suyo.

tenés que haberlo vivido para querer saltar por esa persona, quererla, tener buenos valores, etc.

O estar en el teatro/película, siguiendo un guión donde no hay peligro real.

Me gusta poder relatar los pensamientos que tengo mientras avanza la escritura.

Es bastante difícil seguirme el ritmo cabe decir.

Nunca se a que quiero llegar.

A.H

MemoriaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora