CAPITULO 19

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Desde nuestra terraza apenas oíamos las sirenas de la policía o las ambulancias, ni el tráfico constante de Nueva York, era como estar en un oasis, donde podíamos contemplar las copas de los árboles de Central Park extendiéndose interminablemente ante nuestros ojos. Yo bebía en silencio mi copa, James monopolizaba la conversación, estaba dándole consejos a Ali y Andrés acerca de todo lo que debían ver durante su estancia, les estaba informado acerca de exposiciones, espectáculos, lugares que ver y el ocio nocturno de la ciudad. Andrés le escuchaba con interés, pero yo sospechaba que Ali tenía una idea muy diferente de lo que quería hacer.

De pronto noté sobre la mano izquierda la mirada de mi hermana, se abalanzó hacia mí.

—¿Y este anillo? —preguntó extrañada y a la vez maravillada tomando mi mano.

El anillo era precioso con un diseño muy original, a la luz de los focos de la terraza, los brillantes y el diamante central lanzaban pequeños destellos.

—James y yo nos hemos comprometido —dije esbozando una sonrisa y extendiendo mi mano para que pudiera verlo mejor.

—¡No me habías dicho nada! ¿para cuándo?

—Dentro de seis meses —respondió James poniendo su brazo sobre mi hombro y acercándome más a él, pues ambos estábamos sentados en un sofá de exterior—. Será un gran acontecimiento. Ahora que Carla ha conseguido demostrar su éxito profesional, hemos pensado que es el momento de dar un paso más definitivo y formar una familia. Tener un hijo, o dos, aún no hemos decidido cuántos —dijo sonriendo orgulloso.

Sentí como si una trampa se cerrara sobre mí, no podía desmentirlo delante de mi hermana y de Andrés así que traté de suavizar las cosas.

—Bueno, iremos paso a paso, de momento la boda, la empresa me exige mucho trabajo, quizás más adelante...

—Como siempre le digo, ¡tienes que empezar a delegar, cariño! —me interrumpió James con una ternura fingida y mirándome fijamente para que no le contradijera más—, debes confiar en tu equipo y ocuparte solo de lo prioritario. No necesitas trabajar tanto, somos jóvenes, tenemos dinero de sobra. ¿Qué puede ser más importante que crear nuestra propia familia? ¡Lo estamos deseando! —dijo mirando alternativamente a Ali y a Andrés.

Yo sonreí y asentí disimulando, no quería hacer una escena delante de ellos, pero me propuse hablar a solas con él muy seriamente, no podía hacer ese tipo de afirmaciones sin que lo hubiéramos discutido previamente.

—¡Pues enhorabuena! —dijo Andrés salvando la situación muy diplomáticamente y alzando su copa para un brindis.

Todos brindamos, pero noté en la cara de Ali que no estaba nada convencida y que probablemente tendríamos una conversación de hermanas muy pronto.

—¡Enhorabuena! Pero, ¿no va todo un poco rápido? —comentó mi hermana con su habitual sinceridad y algo de preocupación en su mirada—Yo creo que deberíais pensarlo bien. Cali, acabas de posicionarte y empezar con tu revista, has dedicado mucho tiempo y esfuerzo para lograrlo, tal vez podríais esperar un poco, al menos en lo referente a tener un hijo. Un niño es una responsabilidad muy grande y tienes todas las papeletas para tener gemelos, ya sabes que sería muy probable, no te quedaría mucho tiempo libre, no podrías dirigir la revista y al mismo tiempo cuidar personalmente del niño o niños, tendrías que tener a alguien para ayudarte.

De nuevo James le contestó por mí.

—Bueno el trabajo duro ya está hecho, ya ha demostrado que podía hacerlo, tiene el mejor equipo del mundo y como he dicho Carla debería delegar mucho más en ellos. Además, tu hermanita tiene otro proyecto personal y ese sí que sería compatible con un niño, o dos —puso una mano posesivamente sobre mi rodilla y continuó como si nada mientras yo estaba cada vez más estupefacta esperando sus palabras—. Va a escribir un libro —Sentenció.

CALI (Gemelas  parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora