Simón conoce a tony

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Simón recuerda con claridad el día que lo arrancaron de su seno familiar; tenía 6 años, corría por los callejones desolados; atajos perfectos para llegar a la casa de su querida mejor amiga, estaba feliz porque quería mostrarle las nuevas gafas que le compro su mamá, la emoción le hizo pasar por alto la figura oscura que se escondía en un rincón; su mundo al instante se desvaneció.

Cuando sus ojitos castaños se abrieron, lo primero que vio fue una cara desconocida; la mujer era guapa a simple vista, aparento ser amable y cariñosa con él, sin embargo, podía ver ciertos atisbos de una enferma diversión.

Trato de escapar al sentir el primer pinchazo en su piel, le estaban drenando la sangre; Por lo inquieto que estaba lo sedaron privándole de ver todos los horrores que le harían.

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Se paso las manos por el desordenado cabello castaño, suspirando de aburrimiento, fijo sus ojos en el agujero de ese viejo pantalón negro que le proporcionaron, perdiéndose en el contraste de su pálida piel con el color oscuro. Simón volvió a recordar cada día por el que paso en esa base de alguna organización maligna. Si su calendario no está erróneo debería tener 19 años.

Gran parte de su vida siendo un conejillo de indias de ese maldito proyecto. Desconocía porque seguía vivo, los científicos habían expresado y citando textualmente sus palabras " no sirve para nada, todavía es autónomo" así que lo único que podía deducir es que lo utilizaban como objeto de investigación para no repetir sus fallas.

Se quito las gafas que no eran necesarias que siguiera utilizando; su vista ahora era mil veces mejor. Paso la yema de sus dedos por el grabado en una de sus patas "Simón Lewis", rio suavemente al recordar que su madre las mando a marcar para darles alguna clase de diseño único.

Salió de sus pensamientos al captar pasos lentos fuera de la habitación donde se encontraba atrapado, una especie de ranura se abrió en la puerta, dejando caer golosinas.

Bueno no todo era malo en su mundo, había hecho una especie de novio(?), Raphael, la mano derecha de la mujer que lo convirtió en esto, fue asignado para que mantuviera un ojo sobre un Simón de 15 años, al principio se ignoraban, aunque pareciera que tendrían la misma edad , no había un tema para hablar y el pequeño castaño aprendió a no divagar si no quería ganar golpes que adornarían su cuerpo, sin embargo los nervios aumentaban con el pasar de los días, finalmente haciendo que su voto de silencio se quebrara, saliendo una avalancha de palabras rápidas y sin sentidos, la confusión en la mirada de su guardia lo divirtió como nunca, pudo escuchar el acento latino murmurando un "que fastidio" , no se desanimó, era una victoria a su parecer, por lo menos no le habían lastimado físicamente.

Metió uno de los dulces a su boca, saboreándolo lentamente. Salto de su sitio en el suelo cuando la puerta se abrió bruscamente revelando a un soldado que traía aun adolescente inconsciente.

- Felicidades basura, tendrás un compañero de cuarto – el hombre arrojo al muchacho contra Simón, realizada su tarea volvió a cerrar la habitación.

El castaño se fijo en el pequeño cuerpo entre sus brazos, piel de un ligero tono canela, cabello de igual color al suyo, de complexión un poco mas rellena, con una cara realmente bonita.

- Pobrecito, lamento por todo lo que te harán pasar- Lewis murmuro apenado, subió y bajo su mano por la espalda contraria en un gesto tranquilizador, esperaba que por lo menos sus suposiciones fueran equivocadas.

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Lo primero que sintió Anthony al despertar fue una dulce caricia en su cabello, pensó que era su madre sin embargo estas manos eran demasiado frías y no tan delicadas.

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⏰ Última actualización: Feb 06, 2021 ⏰

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