Las luces del techo, como pequeños soles me queman los ojos, los cierro con fuerza, pero aun puedo sentir el brillo deslumbrante atravesando mis párpados. Las lágrimas acumuladas solo acrecientan el ardor, y esas manchas como insectos no se borran y danzan de un lado a otro en mi visión. Un pitido continuo, chirriante, resuena en la habitación. Parece envolverse a mí alrededor, ingresar en mis oídos desde todos lados.
Intento girar a un lado para alejarme de la luz y del sonido, pero brazaletes de metal se cierran alrededor de mis muñecas, fijándome de espaldas con los brazos a cada lado de mi cuerpo. El tintineo nítido me recorre como un escalofrío sobre la piel. Tiro de ellas, causando más choques y ruido pero solo logro incrustar el metal en mi carne. El dolor me aturde un momento, y la debilidad me hace jadear en busca de aire. Entre abro los ojos pero esa luz sigue allí, nublando mi visión con lágrimas y sombras.
Muevo las piernas, y de igual modo, los brazales de metal que se envuelven en mis tobillos detienen cualquier movimiento, se sienten fríos y ásperos en los bordes, como un trozo de hielo afilado. Levanto los brazos, poniendo toda la fuerza que puedo reunir para tirar de las cadenas. Los anillos de metal alrededor de la muñeca se deslizan hacia mis manos, junto con piel y sangre tibia que deja una herida abierta y ardiente. Abro los ojos de golpe, mientras aprieto los dientes para no perder el sentido y respiro hondo, con un sonido silbante que creo sale de mi nariz. Aunque el aire ingresa hinchándome el pecho, me sigo sintiendo ahogado.
Giro la cabeza hacia la derecha, apenas logro distinguir una serie de pantallas que muestran fotografías de mi cuerpo y líneas de datos apretados que suben sin detenerse hasta desaparecer y ser reemplazados por otros igual de ilegibles. Doy la vuelta hacia el otro lado, donde veo estanterías de refrigeración que contienen frascos con líquidos de diversos colores.
No hay duda de que me encuentro en la mesa de pruebas del laboratorio V. He estado en esta sala muchas veces, mirando, abriendo esas estanterías, manipulando las pantallas. Aun asi no recuerdo cómo llegué aquí. ¿Tuve un accidente? Tengo dolor por todas partes, no puedo precisar una lesión grave, y si bien podría explicar por qué estoy acostado en una camilla, no hay razón para las amarras metálicas. ¿Me infecté con algo durante las pruebas? Es posible. Las fórmulas y drogas creadas en el laboratorio tienen un efecto en mí que es más fuerte en comparación con mis colegas. En ese caso estaría en una de las habitaciones médicas especiales para tratar ese problema.
Nada puede mantenerme en un cuarto dedicado a los sujetos de prueba a menos que... No. No es así. ¡No me harían esto! Debo levantarme, salir de aquí.
Agito las manos en un intento de deshacerme de las ataduras, tiro de mi mano derecha y aprieto los dedos para deslizarlos dentro del anillo de metal. La sensación de ser pinchado por agujas se extiende por la herida que me hice antes y el olor de la sangre llega a mi nariz. Continuo hasta que agoto toda la fuerza, el cuerpo no me responde de la forma que debería, se siente pesado y desconectado. De no ser por el dolor en los tobillos, creería que ya no tengo piernas.
Apenas puedo escuchar el latido de mi corazón y el sonido de la respiración agitada entre los sonidos incesantes de la máquina a un costado. Cierro los ojos mientras intento recuperar el aliento. Después de lo que creo son unos minutos, logro separar los labios. Un sonido bajo se escapa por ellos, como los quejidos de un perro.
La boca seca y la garganta irritada son prueba de que he estado encerrado en este lugar de unos días a una semana y no he sido alimentado, al menos no de manera convencional. Solo me queda aceptar que de una forma u otra, me convertí en uno de los humanos numerados.
¿Fue porque me sucedió algo o por alguna orden? No puedo recordar, cualquier intento por pensar en lo que ocurrió después de las pruebas con número Tres no está claro y me da dolor de cabeza. Como una presión en la parte de los ojos que atraviesa hasta el cuello por todo mi cerebro.
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Al borde de la Humanidad
Science FictionNovela escrita para Open Novella Contest 2021.