Después de años de maltratos y abusos de su padre y madrastra, Valentina White se muda a una nueva ciudad con la esperanza de rehacer su vida pero toda su paz y tranquilidad se ve interrumpida cuando conoce a los hermanos D'alexio; Matthew, Alexande...
Elena se pasea por la sala de mi casa esperando una respuesta a su cruel y despiadada proposición.
Tengo mis ventajas en esto, tendré más poder, más dinero y sobretodo tendré eso tan importante que me hace falta.
—Acepto—respondo sin duda alguna.
—Excelente—sonríe burlona—nos vemos pronto. Te prometo que no te arrepentirás.
Me levanto de mi despacho para ir camino a mi habitación a arreglar mis maletas.
—Disfruta el tiempo que te queda con ellos Valentina White, porque te queda muy poco.
Valentina.
Alexander y Matthew se pelean en la cocina discutiendo quien de los dos va a cocinar hoy. Andrew se ríe a carcajadas mientras yo estoy sentada en su regazo observando esa tonta discusión con una sonrisa en mi cara.
—Tu no vas a cocinar Alexander—lo reprocha Andrew.
—¿y por que no?.
—Porque se te quema hasta el agua hermanito—responde burlón—Aparte yo cocino mejor,¿no es así preciosa?—pregunta a mi dirección.
Se que tengo dos opciones, o darle la razón a Andrew, porque siendo sincera Alexander no sabe ni siquiera preparar una tasa de té, pero si hago eso Alexander se enojara porque se pone muy gruñón cuando Andrew tiene la razón. Así que optó por la otra opción.
—Mmm...creo que yo cocino mucho mejor que ustedes dos, pero si realmente quieren un rico almuerzo Matthew es el hombre indicado para eso—respondo mirando con una sonrisa traviesa a Matt.
El me da una mirada divertida parándose a cocinar algo mientras Alexander cambia de lugar con el.
—Eres una niña muy mimada eh—me dice Matthew picando unas zanahorias.
—Lo se, pero de igual manera me amas y te recuerdo de que tu también me mimas mucho eh—respondo.
Me levanto de Alexander caminando hasta Andrew para ayudarlo con la comida. Después de unos cuarenta minutos finalmente comemos unos ricos espaguetis.
—Gracias—digo.
—¿Por qué?—Pregunta Matthew extrañado.
—Por todo, nunca había tenido esto. Tanto amor o preocupación, que me valoren y respeten. El poder despertar a su lado o sentir sus besos y caricias es algo que me hace muy feliz—Respondí feliz—Ya no me siento sola.
—Nunca más vas a volver a estar sola, y para nosotros es un privilegio el poder estar contigo y el hacerte tan feliz, los que debemos agradecer somos nosotros—me dice Matthew mirándome a los ojos.
Y quien pensaría que ese sería unos de nuestros últimos momentos más tranquilos juntos, porque a partir de hoy todo cambiaría.
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