Esencias del Bosque Eterno

10. Sucesos desafortunados.

"No lo entendían, pero, como tantos otros sucesos desafortunados de la vida, no por no entenderlos dejan de ser ciertos."

─ Lemony Snicket.

Todo era alucinante.

El comedor no era tan grande como para crear un espacio abismal entre cada asiento, sin embargo, estaba tan lejos de los demás, y se sentía como probablemente se sentía el mar respecto al cielo: de frente, pero con la desesperación de que aun estando tan cerca visualmente, nunca existirá una cercanía más allá de lo que podía observarse.

Primero, estaba el hecho de que, claramente, las personas que estaban sentadas a su alrededor, eran perfectas desconocidas.

Segundo, apenas y habían pronunciado palabra desde que habían llegado.

Tercero, la mirada de su madre estaba poniéndolo nervioso.

─ Entonces somos como los X-Men. Una especie de mutación.

─ Suponiendo que lo fuéramos, seriamos las X-Woman. ─ respondió Alessia a Sam. ─ Ya sabes, por esto de que solamente las mujeres pueden tener esta magia, mutación o... ¿maldición?

─ No exactamente. ─ contesto la Sra. Rose. ─ Ustedes fueron bendecidas con dones. Dones, cuyo poder el mundo aún no ha comprendido.

─ ¿Se supone que entonces deberíamos estar contentas y agradecidas de tenerlos? No lo estoy, desde que tengo uso de razón no han hecho más que atormentarme. Y ahora de repente, resulta que tengo que enfrentarme a esto.

Maeve estaba más que estresada, se sentía estafada.

Sam sintió la necesidad de exponer lo gracioso de la situación.

─ No estás haciéndolo sola Mae, para todas la situación es igual de surrealista. Imagina esto: no todos los días descubres un pueblo secreto que lucha contra aves diabólicas asesinas que tal vez secuestraron al mejor amigo de tu primo que además acabas de conocer. Agrégale el hecho de que ahora tenemos más magia que Harry Potter y podemos alejar criaturas malignas.

─ ¿Podemos dejar de comparar esto con películas?

─ Creo que realmente estas afectada. ─ dijo Alessia. ─ En otras circunstancias, habrías recalcado el hecho de que Harry Potter fue un libro antes que película, pero no te juzgo, hasta para mí todo es extraño ahora.

─ ¿Entonces, Rose? ─ prosiguió Sam. ─ ¿Qué es lo que sigue? ¿Cuándo comenzara nuestro entrenamiento a cargo de un vampiro sabiondo para la épica batalla final contra los despiadados vulturis?

─ Dije que dejaras de hacerlo. ─ intervino Maeve.

─ Debo aprovechar la oportunidad. Es lo que diría si estuviera en esas historias.

Maeve le lanzo una mirada asesina. No soportaba el hecho de que todos a su alrededor tuvieran tan poca consideración de lo que ella sentía. Pero claro, nunca lo diría en voz alta. Sería demasiado egoísta.

Alessia iba a replicar, cuando de pronto la señora Rose se paró de su asiento.

─ Señoritas Carter. ─ exclamo. ─ Por lo visto, las tres son tan unidas como conflictivas. No necesitamos eso, así que hagan el favor de dejar de pelear. El sarcasmo tan característico de ustedes, tampoco ayuda. Esto es algo serio, y por lo tanto, real. Además. ─ agrego al final. ─ No tengo la más mínima idea de lo que están hablando.

─ Lo sentimos, señora Rose. ─ contesto Maeve. ─ No causaremos problemas, es solo que esta situación demanda madurez en extremo. Cosa que aún no hemos desarrollado con plenitud.