¿Que harías si un dia despiertas, con tú rostro, con tú nombre, con tú mente, pero con una vida que no es la tuya? Pues dejame decirte que ese es él caso de Jeon Jungkook; un chico común de 21 años, con una vida común y con un sueño común; que paso...
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Con los nervios a flor de piel, guardo su celular en uno de sus bolsillos y salió de su habitación hacia la de su hyung. Toco la puerta.
–Pasa– habló Hoseok desde adentro
Trago con fuerza y abrió la puerta, Hoseok se encontraba sentado en la cama de espaldas a él. No sabía que decir, sentía la garganta seca, y de repente le dieron ganas de entrar al baño.
–Ven– lo llamó –sientate ahí– dijo señalando la otra cama.
Jungkook asintió con la cabeza y se acerco a la cama, mantenía la cabeza gacha ya que no podía ver a los ojos a Hoseok, un nudo se formo en su estomago. Estaba casi seguro que aunque le dijera la verdad no le creería.
¡¿Quien llegaría creer algo tan loco?!
Suspiró profundamente, y miro directamente los ojos del mayor, diría la verdad sería sincero, no mentiría esta vez, tampoco es como si pudiera mentir.
–Te escuchó Jungkook– dijo Hoseok
–Yo– un silencio incómodo se formo, ¿estaba bien si confesaba?, las dudas se formaron en su mente, pero solo podía pedír que su hyung confíe en él –no soy él Jungkook que conoces, la verdad es que, yo no soy de este mundo– Hoseok se veía confundido pero no dijo nada solo le hizo una seña para que continuará –Hace casi dos semanas desperté en un hotel, yo no se como es que llegue ahí porque...
Jungkook, mientras le contaba todo lo que le había sucedido se sintió mal, como es que había logrado superar aquello?, Sus ojos se cristalizaron un poco. Contó todo, su estadia en él hotel la conversación con el mánager, sus descubrimientos, y demás.
–...así es como terminé hasta él día de hoy– finalizó todo su relato, sus ojos soltaron un par de lágrimas que se apresuró en limpiar.
Hoseok que estuvo en silenció en todo él relato miro al menor, sus ojos se veían sinceros, todo era jodidamente confuso –¿Piensas que voy a creer en todo lo que me dijiste?–
Jungkook agacho la cabeza y negó, era obvio que no le creería, era un hijo de puta antes de saberlo, nadie confiaría en sus palabras, nadie lo apoyaría mientras estuviera ahí, sus ojos se volvieron a cristalizar, ¿valía la pena siquiera hacer lo que se propuso?.
–Yo no te puedo creer Jungkook– él menor asintió, un nudo demasiado grande se formo en su garganta –Es realmente algo imposible que pase, ¿venir de otro mundo?, hasta pienso que te estas burlando de mi– lágrimas empezaron a caer por las mejillas del menor, Jungkook agacho un poco mas la cabeza esperando que su hyung no las note.
Por su parte Hoseok no sabía que hacer, después de todo, una parte de la historia de Jungkook tenía sentido, pero, estamos hablando de Jeon Jungkook, era un idiota sin sentimientos, que pasa si todo era una simple broma para jugar con él. No podía creer algo así, era imposible y punto. Estuvo por levantarse de la cama y decirle a Jungkook que se fuera, pero escucho y vió algo que jamas pensó ver. Lágrimas casi silenciosas caían del rostro agachado de menor, ¡¿acaso estaba llorando?!, algo se estrujó en su pecho, se quedo sentado sin saber que hacer, él chico al frente de él parecía estar sufriendo. –Jungkook– dijo –Levanta la cabeza– él contrario negó y se quedo en la misma posición –Si quieres que te crea, hazlo– ordeno.
Jungkook levanto poco a poco él rostro, sus mejillas estaban medio rojizas y sus ojos brillaban por las lágrimas, una punzada ataco él pecho del mayor, y sin poder evitarlo bajo de la cama y lo abrazó, parecía un pequeño Bambi en busca de apoyo. –Aún no te puedo creer Jungkook– dijo –Pero ... Bueno estas de alguna manera demostrándome que no eres él mismo, solo te pido que me muestres un poco más, solo tengo que ver un poco más, y te aseguró que te creeré y tratare de ayudarté en lo que que pueda–
Él menor asintió y sus lágrimas cayeron aun mas fuerte, tal vez porque extrañaba su antigua vida, su antiguo hogar o quizá porque alguien había dicho que podía confiar en él o tal vez porque necesitaba un abrazo desde que supo que estaba solo en un lugar que ni conocía, esta vez dejo que todo se fuera con sus lágrimas.
–Sabes– habló él mayor –Es la primera vez que te veo llorar y creeme que nunca pensé que me darían ganas de llorar a mi también– dijo con los ojos cristalizados.
