Nunca pensé que me mudaría y de hecho no me hacía a la idea.
Mi nombre es Emily y vivo en Nueva York. Últimamente mis padres no se llevaban muy bien (bueno, últimamente), de hecho llevaban meses discutiendo y tanto yo como mi hermano estábamos hartos de tener que estar escuchándolos una y otra vez pelearse. No culpo a mi madre solo es que mi padre llevaba semanas viniendo borracho y muy tarde por las noches, eso hacía que mi madre se pusiera irritada e insoportablemente furiosa.
-¡Emily!-escuché decir a mi madre.
-Aughhh....-bostezé.
-¿Qué.....?-dije medio adormilada.
-El desayuno está en la mesa.
De pronto sentí una mano agitándome el hombro.
-Uhnn... ¡déjame! -Cuando abrí los ojos me di cuenta de que era mi hermano, que venía como siempre a molestarme por las mañanas cuando él sabía que no me agradaba.
-Venga dormilona.....
Mi hermano Eric era todo lo contrario a mí, siempre le gustaba levantarse pronto, lo cual no entendía ¡con lo bien que se estaba en la cama! Y un domingo. A mi, en cambio no me gustaba para nada madrugar, sí era un poco vaga las cosas como son. A parte de ser alto, guapo, amable y querido por todas las chicas también tenía su parte un poco desagradable, donde a veces lo demostraba conmigo.
Ya harta de ser molestada por mi hermano decidí levantarme.
-Bueno días-me miraba con una sonrisa de satisfacción en su cara. Le eché una mirada asesina lo cual lo dejó un poco intimidado.
Al levantarme lo primero que hice fue ir al baño y lavarme la cara. Después, me fui a mi habitación a vestirme ya que debía bajar a desayunar si no quería ser regañada por mi madre otra vez.
Cuando bajé a la cocina estaban como siempre mi madre discutiendo con mi padre.
-¿Cuánto tiempo llevan así?-le dije susurrando en el oído de Eric.
-Casi toda la mañana....-susurró en mi oído.
Mi madre siempre intentaba razonar con mi padre pero era imposible razonar con él. Siempre cambiaba de conversación cuando no le interesaba y mira que a mi madre le gusta que le presten atención.
Mi padre se fue al bar como hacía todos los días y entonces fue cuando empezamos una conversación que no me agradó nada.
-Hijos.-dijo mi madre un poco triste.
-¿Qué?-dijimos los dos.
-Vuestro padre y yo no vamos a seguir juntos. Nos vamos a divorciar.
En ese momento sabía que a mi madre le costaba mucho decir eso ya que ella amaba a papá.
-¿Quieres decir que nos van a separar?-preguntó Eric.
-¡No!
-¿Entonces?-le pregunté a mi madre.
-Nos mudaremos. Los tres.-dijo en tono pausado.
-¿Qué? No me pienso mudar. ¡Tengo amigos aquí!
-Lo sé, pero no aguanto más.
Mi hermano y yo nos sentimos destrozados no creíamos que llegaría a pasar esto.
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¿Destino o casualidad?
Teen FictionEmily es una chica que nunca se había planteado una mudanza y eso de dejar sus amigos de toda la vida tampoco le apasionaba. Pero al dejarlo todo se dará cuenta de que en esos pequeños momentos siempre se puede encontrar la felicidad o el amor.