Compleja situación ( 8 )

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    Abrir los ojos y encontrarse un par de orbes rubís observándola no era algo a lo que estaba acostumbrada y tampoco tenía intención de estarlo. Ese mercenario pálido no paraba de entrometerse en sus asuntos y ella no podía entender del todo el por qué de sus acciones.

    Se acurrucó un poco entre la cálida manta que cubría su cuerpo, queriendo seguir durmiendo un par de horas más pero para bien o para mal su invitado se encontraba despierto desde hace unos minutos.

   Frotó sus párpados con las manos hechas puños intentando aclarar su visión antes de establecer un pequeño contacto visual con el susodicho.

   _Buenos días, problemática._Le saludó con su característica serenidad.

    _Buenos días, Zombieman._Corresponde cubriendo con la palma de su mano un repentino bostezo.

   _¿Comó sigues de tus heridas?_pregunta curioso.

   _Pues..._fue reincorporándose con lentitud hasta quedar sentada_ya estoy bien_Dijo simple, sin prestarle mucha importancia al asunto.

    _¿Segura?_interrogó enarcando una ceja sin perder de vista ninguno de sus movimientos, aunque no le sorprendería el el hecho de que fuese cierta su respuesta, después de todo, él había visto la noche anterior cómo las heridas se cerraban solas.

   _¿Con quién crees que estás hablando?_replicó divertida estirándose en lugar, si era buena o mala educación no le podía importar menos, estaba en su casa de todas formas.

    _No lo sé ¿con una problemática testaruda?_respondió este encogiéndose de hombros.

    _Con alguien que conoce más de medicina que tú, Zombieman._Aclara de buen humor, lo cual era bastante normal siempre y cuando no la despertaran en las mañanas.

    _¿Cuándo me dirás tu nombre?_inquirió el pelinegro viéndola levantarse con lentitud.

   _¿Tienes hambre? Porque yo sí, veré qué invento de desayuno_Le ignoró la castaña dispuesta a salir de la  habitación en dirección a la cocina_Si quieres, puedes ver algo en la televisión mientras cocino.

   Sugiere a punto de abrir, haciendo girar el picaporte cuando la presión ejercida por una mano sobre la puerta se lo impidió.

   _¿Qué sucede? ¿Ahora es que viene la parte en que confiesas tus sentimientos por mí o algo así?_bromeó dándose la vuelta para encararlo, topándose con esos extraños y a la vez hipnotizantes ojos color sangre.

   _¿No piensas decirme tu nombre a pesar de que ya conoces el mío?

   ¿Dónde he escuchado ya lo mismo?

   Se preguntó pensativa hasta que un pequeño recuerdo llegó a su mente.

     Ah, cierto, del asesino a sueldo.

   _¿En serio me preguntas algo tan obvio?_replicó cruzándose de brazos, este chico no era de los que se daban por vencidos fácilmente, para su desgracia_Ya te he dicho muchas veces que no y ahora vamos a desayunar.

   Este dejó escapar un suspiro cansado, vaya que era dura de roer, nunca había conocido a una mujer así y aquello solo le hacía interesarse más en ella. ¿Por qué se empeña tanto en ocultar su nombre? ¿En serio es solo una aprendiz de medicina? y por sobre todo ¿por qué decidió vivir en este tipo de lugar?

   _Te dejaré ganar._Accede inclinando con ligereza su cuerpo hacia adelante, a pequeños milímetros de rozar la punta de la nariz con la de ella_Pero solo por ahora_susurra cerca del oído de la fémina.

Caminos entrelazados | Zombieman |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora