The mask

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El encuentro del príncipe y la negligencia.

Jeon Jungkook un chico de 17 años, estaba por cursar el tercer y último año de educación media en el instituto Seúl, el instituto más privilegiado y caro en toda Corea del Sur.
Jeon Jungkook era el chico perfecto, inteligente (obtenia las mejores notas en el instituto), guapo (seguido por decenas de chicas), rico (probable heredero de un hospital), modesto (nunca exhibía ni hacia presunción de sus cualidades y logros), generoso (se encargaba de compartir sus conocimientos con cada aquel que lo necesitara), amable, propio, educado, entre otras virtudes. Y es que parecía que Jeon Jungkook no poseía ningun defecto, incluso no podía ser odiado por lo mismo, Jeon Jungkook era un príncipe o al menos eso era lo que veían en él.

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Primer día del último año de preparatoria, un día caluroso pero alegre para la mayoría, muchos lucían un tono bronceado en su piel, hablando sobre sus vacaciones y diciéndose lo mucho que extrañaban el instituto a pesar de quejarse todo el año anterior sobre lo estresante que era.

Sonó la campana de ingreso a sus salones, todos entraron eligiendo los asientos que ocuparían el resto del año, después de un momento entro la profesora poniendo orden y comenzando la clase.

- Bien chicos, hoy es su último año, por lo tanto, tendrán que esforzarse al máximo, elevar sus calificaciones y poder tener una puntuación decente para ingresar a la universidad. Este año seré yo su tutora, así que cualquier cosa relacionada con la clase tendrán que informarme a mi. - hablo la profesora y todos asistieron - bien! Como saben cada año elegimos a un representante de la clase, el cual tendrá que comprometerse a darme ese informe, así que elijan sus candidatos y hagamos un "mayoría de votos" - enfatizó.

- Jungkook - sugirió una chica sin siquiera levantar la mano.

- ¿Alguien más? - al no obtener respuesta la profesora se dirigió a Jungkook - tienes todos los votos ¿Esta bien para ti?

- Seguro, trabajare duro y cuidare de cada uno de ustedes - hizo saber Jungkook.

- Bien! Haz sido jefe de grupo los dos años anteriores así que no tengo duda de que lo harás bien - halagó - sin embargo, si quieres retirarte estas en tu derecho - comento la profesora y el chico solo asintió con una sonrisa.

Después de unos minutos la clase de la profesora fue interrumpida por un par de golpes a la puerta, se dirigió a ella y abrió encontrándose con una chica hermosa, estatura media y largo cabello.

- ¿Eres nueva cierto? - preguntó la profesora, sin obtener respuesta la maestra la invito a pasar y la hizo pararse en frente de la clase. - ¿Puedes hacer una breve presentación?

Con voz aflojerada soltó - Soy Go Eunji, vengo de Daegu - la profesora al no escuchar lo que realmente esperaba sugirió a los alumnos hacerle unas preguntas.

- ¿Tienes novio? - cuestiono un chico de cabello castaño.

- Esa clase de preguntas no Taehyung - dijo la profesora y este solo encogió los hombros - ¿alguien más?

Jeon Jungkook alzo la mano - ¿Puedes decirme tus intereses? Tenemos muchos talleres y clubs, tal vez podría ayudarte a que te incorpores en alguno - se ofreció amable.

- No estoy interesada - respondió cortante, Jeon solo asintió sintiéndose raro - ¿puedo ir a sentarme? - preguntó a la maestra y está solo asintió un poco desubicada.

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- Go Eunji ¿cierto? - La chica levantó su cabeza del pupitre y miró al pelinegro - Mi nombre es Jeon Jungkook - esperó por alguna respuesta pero a cambio la chica volvió a poner su cabeza sobre el pupitre y fingió dormir - Bien! Solo quería decirte que cualquier cosa que necesites puedes contar conmigo, te ayudaré. ¿esta bien?

Sin recibir respuesta de nuevo Jungkook solo se alejó sin expresión y un sentimiento que jamas había experimentado.

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Los sentimientos del Príncipe

Jeon Jungkook

Por primera vez tuve este sentimiento amargo, siento como si algo fuera a salirse de control, esa chica me ignoró y me trato como si fuese nadie.

¿Quién se cree?

Se supone que esto no tendría que pasar nunca, lo único que espero es el respeto de los demás, que me vean como alguien superior, ser tratado especialmente, ser valorado, querido y elogiado todo el tiempo, ¿como es que esa chica no puede tratarme de tal manera?

Vivo de halagos, cumplidos y atención, pero ella solo ignoró mi presencia, es algo que no puedo soportar, esto no esta en mis planes.

Los días siguientes ella siguió ignorandome, pero no era al único, ella ignoraba hasta a los profesores.
Había intentado entablar una conversación, fui amable, atento e incluso le compre el desayuno solo para agradarle y lo único que recibí fueros desaires, miradas apáticas y un rostro disgustado.

Simplemente no podía tolerarlo, no más.

"Go Eunji, te arrepentirás."

Los sentimientos de la negligencia

Go Eunji

No me gustaba.
Nada de aquí me agradaba, ¿Daegu, Incheon y ahora Seul? ¿En cuantos institutos más tenía que estar para que me mandaran lejos?

El primer día en el instituto conocí a un chico un tanto irritante, parecía la clase de chico con vida perfecta y yo detestaba a esa gente. No tenia nada en contra de el en particular, pero no buscaba hacer amistades, solo quería irme lejos.

Comence por ignorar a todo aquel que me hablara, quería evitar ser parte de "algo". Empecé a escuchar hablar mal de mi en los pasillos, mis compañeros trataban de evitarme cada que hacían trabajos en grupo y es era reconfortante para mi, me sentí bien con eso, creo.

A pesar de todo había "alguien" el chico irritante de cabello negro, del cual no recordaba su nombre, solo sabia que era llamado "Principe Jeon" ¿por qué? Ni idea...
Bueno tal vez porque parecía el chico perfecto, el típico principe que aparecía en los cuentos de hadas.

El punto era que no podía deshacerme de el, venia todos los días a mi asiento a preguntarme cosas de mi vida, el colegio e incluso me compro el desayuno, "que chico tan raro" pensé.

Al principio me molestaba pero con el tiempo fui acostumbrándome, como dije antes, no tenia nada en contra de el, solo no podía soportar que fuera tan perfecto todo el tiempo. Pero eso estaba cambiando, me preguntaba "¿que clase de chico veré si quito esa máscara?" Pues nadie había sido tan amable y paciente conmigo después de portarme tan grosera y distante, eso me causaba curiosidad a tal punto de querer verlo frente a mi pupitre todos los días.

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