Un viernes normal: Parte 4, El final.

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El rubio se despertó esa mañana más emocionado que nunca.
Kasamatsu le aseguró que podía volver al equipo cuando quisiera. El azabache ya había hablado con el entrenador del instituto Kaijo e incluso con la escuela para ayudar a su amigo rubio.
A pesar de ya no ser compañeros, Yukio no podía dejar a Ryouta a la deriva y siempre solía ayudarlo con lo que el rubio le pidiera.
Además, el senpai del rubio sólo estaba esperando la oportunidad para darle una lección al moreno.
El rubio comenzaría el lunes de nuevo, tanto el colegio como el entrenamiento.

Se levantó de su cómoda y cálida cama. Tomó la ropa que usaría esa tarde y  se metió al baño para tomar una ducha.
En unas pocas horas vería a su amigo azabache y por alguna razón no quería llegar tarde.

Se tomó su tiempo ya que no tenía que cumplir ni con su trabajo ni con el instituto.
Se aseo bien y con tranquilidad. Se puso mascarillas y cremas que ayudarían a su piel reseca.
Luego caminó hasta la cocina un plato de comida en vuelto en papel film, a su lado había una pequeña nota. "Nos vemos mañana en la tarde, volveré con mis cosas. Te dejó preparado el desayuno y el almuerzo, por favor, come bien bebé. Te amo, papá." 
Los orbes dorados se llenaron de lágrimas que no pudo contener. Su padre realmente lo apoyaba y no lo juzgaria. Eso era algo que lo hacía sentir un poco más seguro y tranquilo. El saber que tenía el apoyo del hombre Lo hacía sentir bien.

Comió con tranquilidad la rica comida que su padre le preparó. No faltaba mucho para tener que ir por Imayoshi. Así que tomó sus cosas y corrió para alcanzar el tren que lo llevaría hasta el punto de encuentro con el chico azabache.

Aomine miró con curiosidad a Imayoshi. Por alguna razón el azabache le había pedido al entrenador que lo dejara irse temprano ese día. Eso era algo extraño en el azabache.
Shoichi estaba estudiando profesorado de gimnasia y había decidido tomar sus prácticas en la preparatoria que estudió.
El ojiazul vio salir al contrario con prisa y no dudo en seguirlo. El estaba seguro de que se iba a encontrar con alguien de suma importancia para él, en el fondo, esperaba equivocarse. -Dai-chan, por el bien de todos, no lo sigas.- Dijo Satsuki pasando por al lado de su mejor amigo. Estaba tan enojada con el chico de cabello azul. ¿Pero que podía hacer? Ella no podía odiar a su mejor amigo por más que supiera el daño que le causó al rubio. -No te metas.- respondió y salió corriendo atrás del azabache. -Que idiota.- susurró mientras soltaba un suspiro.

Imayoshi llegó hasta la estación de trenes y se sentó a esperar a la persona con la que había quedado de verse.
El azabache sabía que alguien de suma importancia lo había seguido, por lo que no perdería oportunidad de hacerlo pasar un mal rato.

Pronto llegó el tren del rubio y ambos se encontraron. Imayoshi abrazó con fuerza al chico rubio dejándolo sorprendido y sonrojado.
El moreno pudo sentir el dolor en su pecho al ver la sonrisa sincera que Kise le dedicó al chico de cabello azabache.
Sin pensarlo dos veces siguió a los dos chicos todo el día.
Vio lo mucho que sonreía Kise y también vio como Imayoshi lo consolaba cada vez que una expresión triste aparecía en el rostro nívea del chico.

Las horas seguían pasando, pronto debía ir al departamento de Kagami. Así que decidió hacer un encuentro "casual" con el rubio.
Espero que Imayoshi acompañara al chico hasta la estación y tomó el tren al mismo tiempo que el chico rubio.
Comenzó a abrirse paso y se posicionó atrás del rubio.

En una de las sacudidas que dio el tren, ambos cuerpos chocaron. -Pe-Perdón.- dijo el rubio y miró a la otra persona. Ambas miradas se prendaron a la contraria. El primero en correr la mirada fue el rubio. Quiso alejarse del moreno pero las personas sólo lo empujaban más. Otra sacudida casi hace que se caiga pero sintió como su cuerpo fue abrazado por un brazo del moreno.
-Soportalo por un rato, sino vas a lastimarte.- Le susurró el moreno sin mirar al chico rubio. Kise no resongo, ni dijo nada. Simplemente se quedó quieto, esperando que el viaje llegará a su fin pronto.

Un viernes normal. One-Shot | KnbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora