Nuestra primera cita

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Ese día fue en el que más nerviosa me he sentido en mi corta vida. Tenía un fuerte cosquilleo en el estómago, los pies me temblaban y las manos me sudaban demasiado. Al verme llegar se quedó perplejo quizás porque físicamente soy un asco o tal vez porque esa asquedad llegó a deslumbrarlo. En fin eso no me importo, en ese momento me interesaba conocerlo.

Él no era como los chicos con los que había estado, sus pláticas eran interesantes pues me quedaba como una completa estúpida al escucharlo hablar. Mis palabras no fueron muchas estaba demasiado nerviosa y temía que lo que dijera fuese una terrible idiotez así que sólo me limitaba a responder las preguntas que me hacía.

Esa noche sin duda la pasé muy bien con él y me fui a la cama con una enorme sonrisa.

Nuestro pequeño infinito ∞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora