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JungKook y TaeHyung se conocieron en la universidad. 

Ellos eran de esas personas que te obligas a conocer en una clase práctica tan sólo para tener a alguien con quien conversar sobre los diferentes temas de la materia en cuestión, en caso de alguna emergencia. Compartían pocos intereses por lo que no hablaban demasiado el uno con el otro a no ser que se trate de algún tema sobre sus experiencias en la vida universitaria. Sin embargo una tarde mientras caminaban juntos por el pasillo de la cafetería de la universidad inconscientemente empezaron a tararear el estribillo de la misma canción.

Best song ever de 1D.

En aquel instante todo sucedió demasiado rápido, se miraron con sorpresa y abrieron la boca al mismo tiempo como si quisieran decirse algo pero nada salió y compartieron una enorme sonrisa.

Sólo eso bastó para que su relación cambiara rotundamente.

Un simple grupo de música logró unirlos casi como hermanos en tan pocos meses.

Un día en la mañana, JungKook se removió con pereza en la cama. Miró la hora en su teléfono y se dio cuenta de que faltaban aún dos horas para ir a la universidad. Suspiró, no era su deseo levantarse tan temprano pero tampoco era fácil para él concebir nuevamente el sueño, odiaba vivir cada día esa parte, como un efecto de su monótona rutina.

No le quedó más opción que levantarse e ir a prepararse el desayuno. Mientras encendía la cafetera eléctrica empezó a ver las notificaciones en su iPhone.

De pronto sus ojos se abrieron como platos al leer y releer el título de una noticia que estaba siendo furor en las redes sociales.

El grupo que tanto ansiaba conocer por fin llegaba a su país.

Sus manos temblaban mientras intentaba marcar el número telefónico de TaeHyung, su corazón latiendo más rápido a cada segundo. Transcurrieron sólo unos pocos minutos en los cuales estaba con el teléfono en su oreja esperando a que su amigo responda a la llamada pero de pronto empezaron a oírse golpeteos en la puerta de su departamento. Una sonrisa inmediatamente aparece en su labios. Corrió hasta la entrada y estuvo a punto de tropezarse pero logró abrir la puerta.

—¿Te enteraste? ¡Dime que lo viste! ¡Maldita sea ellos vienen, JungKook!

Y ahí estaba él. TaeHyung estaba tan emocionado que no pudo contenerse, se aproximó hacia él y lo abrazó enrollando los brazos alrededor de su cintura para luego elevarlo por los aires dando algunas vueltas en su lugar.

—¡Lo sé lo sé! —JungKook sonrió y sumergido en la misma emoción que su amigo lo abrazó con fuerza— ¡Veré el trasero de Louis en vivo! No me lo creo no me lo creo. ¡Ahhh! —vociferó JungKook sonriendo, las palabras saliendo atropelladamente de su boca debido al mar de emociones que lo zarandea de un lado a otro.

—Y yo oiré al precioso de Hazz cantando Drag me down. No sé cómo voy a sobrevivir a eso. —Sonríe compartiendo el mismo sentimiento que su amigo.

La emoción de ambos no se detuvo ni por un momento ya que al recordar que por fin iban a conocer a sus artistas favoritos su euforia sólo crecía hasta tal punto en el que sentían sus ojos picar debido a las lágrimas que se avecinaban. Luego de un buen rato conversando muy emocionados fueron juntos hacia la universidad, sin dejar de hablar de la reciente noticia.

Pero...

Si bien estuvieron muy felices durante el día al recordar que iban a conocer a los cuatro motivos con nombre y apellido que les alegraban la existencia, sólo unas pocas palabras bastaron para que el mundo de cada uno se les viniera encima.