Salut d'Amour [SnK AU!Moderno] [Pokopiku] (3.5/4)

♡ Épilogue

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❝La música es 

el corazón de la vida. 

Por ella habla el amor; 

sin ella no hay bien posible 

y con ella todo es hermoso❞.

♡

Franz Liszt

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♡ Atención: Las escenas en cursiva transcurren en el pasado.

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—Siga en línea recta —indicó la voz robótica del GPS del auto.

La carretera estaba tan despejada como el cielo de esa tarde. Historia disfrutaba del verdor que flanqueaba la línea de asfalto frente a ella. Hacía un clima fantástico, tal vez de los mejores de las últimas semanas, por lo que llevaba la ventanilla del copiloto bajada para aspirar la frescura proveniente de la naturaleza.

—Ya casi —murmuró para sí.

Después de un año de estrés, planeación y ensayos, al fin podía decir que iba a relajarse un rato, aunque sabía que no era del todo correcto asumirlo teniendo en cuenta la responsabilidad de tener que apoyar a una novia despreocupada y a un novio temperamental en lo que sería la cúspide de su relación tras fungir como la mediadora de ambos desde sus inicios como pareja.

«¿Ya ha pasado tanto tiempo?», se preguntó al dejar escapar un suspiro nostálgico que se terminó convirtiendo en una sonrisa ligera.

Todavía recordaba a la perfección la tarde de su primer semestre en el conservatorio, cuando Pieck entró al dormitorio con una expresión de lo que creyó en un principio era terror –conociéndola, era probable que parte de lo que sentía en ese entonces lo fuese– y le confesó de golpe que se había besado con Porco en el área verde del conservatorio y ahora estaban saliendo. La noticia fue repentina y difícil de digerir al principio, pero las mejillas enardecidas de la flautista al describir a detalle cómo se había sentido al respecto lograron corroborarle que el sentimiento era recíproco. Horas más tarde, recibió un mensaje de Porco que hasta la fecha tenía muy presente: Tenías razón con lo de arriesgarse; ahora te envidio por ser quien duerme con ella todas las noches.

Mientras pensaba en la pareja, apareció una bifurcación en el tramo consiguiente del camino.

—Gire a la izquierda —recitó el GPS.

Historia tornó el volante hacia la dirección señalada. Conforme avanzaba hacia su destino, el verde fue comiéndose poco a poco el cielo y la luz del Sol, apenas dejando que pequeños destellos dorados se colaran por las tupidas copas de los árboles. La temperatura fue bajando gradualmente, aunque no tanto como para hacerla sentir frío. De no ser porque tenía el tiempo encima, se habría dado la oportunidad de detener el auto para tomar algunas fotografías del paisaje; si aún no oscurecía cuando emprendiera el viaje de regreso, lo haría.

En eso, vio una notificación de llamada entrante en la pantalla táctil del auto proveniente del hermano del novio que no dudó en contestar.

—Base llamando a la pequeña Historia, cambio.