Capítulo 2: Como maldición, apareciste.

147 6 5
                                    

Llegando al mundo humano, lo primero que buscamos los demonios es crear destrucción, para poco a poco lograr el “Gran Caos”. Es la única forma para que tengamos una maldita vida digna. Porque el infierno… Bueno, queremos escapar de allí, claro, los jodidos.

Si tienes un puesto de líder o de uno de sus gatos, pues maldito infierno, ni lo sientes, pero en fin. Esto lleva a dos preguntas ¿Qué es el Gran Caos? Y ¿Cómo lo lograremos?

Eso es muy fácil de explicar.

El Gran Caos es la destrucción máxima, es decir, provocar una guerra en la que los seres humanos se exterminen entre sí, y en cuanto la existencia humana se haya desvanecido por completo, los demonios podremos ocupar su mundo y salvarnos de nuestro infierno. Esto lo lograremos con la maravillosa Corrupción.

La Corrupción es nuestra energía vital, todo lo que nos compone, nuestra esencia maligna. Incluso aquello que nos hace fuertes, pues hay demonios con más Corrupción que otros, pero no es  su única utilidad. Como energía se puede utilizar para entrar en las mentes humanas e inducirlos a hacer cosas malas (pero no podemos obligarlos), para hacer que nuestro aspecto físico sea más amenazante; también ayuda a crear armas de combate... Pero lo más importante: sirve para matar a un ángel.

Al llegar al mundo humano, los demonios comienzan a formar equipos para crear destrucción con mayor facilidad. Además incrementa las posibilidades de supervivencia, y se les asigna un área específica para crear Caos.

Claro que yo no forme equipo con nadie, los desprecio a todos. ¡Es mutuo! Y por supuesto que no tengo miedo ante un estúpido ángel, sé que muchos piensan que me llevara la chingada aquí, pero…estoy tranquila.

Sólo quiero encontrar una oportunidad para crear Caos. El Caos es una pequeña muestra de maldad en el mundo, como peleas y accidentes, con esto no quiere decir que seamos conformistas. Pero entre más destrucción exista, más cerca estará el Gran Caos.

Comencé a caminar por la carretera. Las aceras están sucias, la gente va de un lado a otro; por supuesto, no pueden verme. Los autos van a toda prisa y me doy cuenta que el mundo humano es muy monótono y aburrido.

Me quedo estática al encontrar un semáforo descompuesto, pasan pocos automóviles, así que no tienen problemas para pasar. Sonrió con malicia.

-          Mi primer Caos- susurro para mí.

Sé que no es la mejor idea para el primer Caos de mi existencia, pero es suficiente para no ser humillada a la hora de presumir. El plan es un choque en medio de las carreteras, para que obstruya ambos carriles. Pero no quiero que ninguno de los accidentados muera, solo quiero que peleen, lleguemos a golpes, y si causo una accidente en serie ¡Pues mejor! 

Me recargo de la base del semáforo y comienzo a enfocar la Corrupción, siento como ésta corre por mis venas y me llena de energía. La enfoco en mi cabeza y ojos, esto lo hago para que mis pensamientos malignos lleguen a la mente de los humanos que servirán para mi plan, y para poder ver mejor a larga distancia. Ahora solo necesito encontrar a mis presas.

Veo un hombre en una camioneta último modelo, el hombre usa gafas, tiene poco cabello, tan negro del tono de su camioneta y mira de forma ansiosa su reloj. Sin perder tiempo, busco en la otra carretera a mi segunda presa, me entusiasmo un poco… Un hombre muy molesto como de 37 años dentro de un auto viejo (1992) color gris. Ambos venían lejos, pero se toparían si actuaba bien y rápido.

¡Que comience la corrupción!

Hice que el hombre de la camioneta pensara: ¡No puede ser, ya es muy tarde!…me meteré en problemas… esto no va nada bien, ¡no puede ser, un semáforo descompuesto!… ni modo, solo esta vez.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 10, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El pecado de amar a SekhmetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora