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Shoto nunca fue una persona abierta, apenas y se unía a conversaciones o las mantenía, pero jamás las iniciaba. Muchos creían que era parte de su esencia al ser el "apuesto" del salón. Sin embargo, nadie sabia como había sido su vida, el como su padre lo desprecia por ser "omega", y gracias a esto ultimo muchos años de su vida estuvieron llenos de abusos, golpes, insultos, etc.

Pero, dicen que la oscuridad no dura para siempre, y así lo sintió por primera vez.

El día del festival deportivo conoció una luz, una pequeña luz que alumbraría su camino, algo que cambiaria su vida drásticamente...

Izuku fue esa luz, aquel omega fue capaz de derribar todas las barreras de Todoroki, y este ultimo estaría agradecido con el para toda su vida...

Conforme pasaba el tiempo Shoto se juntaba mas con aquel chico peliverde de finos rasgos, hasta que llego invierno. Después de la cena de navidad, Shoto escucho por accidente la conversación que mantenían: Uraraka, Midoriya y Bakugou.

- ¿Deku-kun aun no ha entrado a ninguna agencia?-. Decía con asombro la chica beta quien luego dirigió la mirada hacia el joven cenizo.

- Oh, es verdad, Bakugou-kun tampoco! Desde que reportaron la desaparición de Beast Jennist no te han avisado nada ¿verdad?

Ambos jóvenes no dijeron nada, solo agacharon la cabeza, en señal de aceptación. Y es que pronto serian las pasantías, y no tener con quien hacerlas solo hacían que fueran como un peso muerto a los demás, y Shoto entendía muy bien esto, sabia que ellos no podían retrasarse por ningún motivo; tomo fuerzas de no se donde y se acerco donde ellos y con tono firme hablo:

- ¿Quieren ser pasantes de Endeavor?







-En fin, se me ocurrió esto ayer, tengo muchas ideas para este fanfic, espero llevarlo por buen camino.-


Promesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora